La Crestería

Manuel Sotelino

Vía Crucis cofrade

PRIMERA decisión del consejo que preside José Manuel García Cordero y parece haber dado en la diana. Tres imágenes, tres, para un año especial que será el de la vuelta a esta ansiada normalidad de siempre. Desde la cocina del consejo parece que hay algún chef con buen tino para poner la pimienta necesaria. No creo que naciera de una lluvia de ideas. Este acto piadoso parece tener todos los condimentos de un buen bacalao frito cuaresmal de algunos pueblos cordobeses como Bujalance, Montoro  o La Rambla. 

Tres eran tres y serán tres las advocaciones que tienen mucho que ver con la pandemia que estamos sufriendo. Tres imágenes y la originalidad de estar presente María, Madre nuestra, que nunca sobra en ningún acto piadoso y que tiene todos los parabienes de Rico Pavés. Será Salud y Esperanza. Y sus cofrades del Polígono la traerán como a una Reina.

Por otro lado, el recuerdo a las almas de aquellos que se fueron por la enfermedad. Un crucificado maravilloso que estuvo muchos años presidiendo el retablo de Santiago y que forma parte de la amplia historia de la Sacramental de Santiago. Sin duda que se trata de una advocación que viene al hilo por los muchos que se fueron y disfrutan de la Gracia de Dios. Enhorabuena también a los cofrades que siempre oran por las almas de los que se fueron.

Y el Señor… Nuestro Padre Jesús de la Salud. Santo y seña de los cofrades de San Rafael. El Señor que abraza la Cruz con amor y se entrega a la voluntad de su Padre. Perdone el lector si me paso de frenada pero es que llevo sangre ‘sanrafaelera’ en las venas. Él siempre va por delante. ‘Edu’ sabe bien de lo que hablo. Será la consagración definitiva para entrar en el seno devocional de la ciudad.

Tres grandes imágenes para un Vía Crucis histórico y que tenía que tener un tinte especial. Por eso, para quien suscribe, se entiende que este año sean tres y no una como se viene debatiendo estos días. Para un año de vuelta a la vida normal hacía falta un acto que se saliera de la normalidad. Y lo han conseguido en Curtidores posiblemente mientras degustaban un buen plato de bacalao frito. Cordobés, por supuesto.

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