¡Más madera, es la guerra!

ESTA semana hemos asistido a un nuevo capítulo de la inacabable ópera Gürtel. El Partido Popular anda empeñado en interpretar todo el repertorio de los Hermanos Marx. En anteriores episodios de su particular versión de Una noche en la ópera, Rajoy nos hizo creer que Costa tenía que abandonar sus puestos en Valencia por las mismas razones por las que Camps debía quedarse con los suyos. Ya les he contado que más convincente habría sido la explicación de que la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.

Pero no queda ahí la cosa. En el capítulo de esta semana, la troupe ejecuta con enorme éxito de crítica y público la delirante escena del camarote de los Hermanos Marx, de la misma película. La cosa empieza con la frase "pasen ustedes, no se asusten de nada y dense prisa", continúa con una manicura que pregunta a su cliente si quiere las uñas largas o cortas (Groucho las prefiere cortas, pero Aguirre o Cobo las gastan extralargas), y termina con alguien que abre la puerta de improviso y sale una riada de personas que se desparrama por el pasillo. España entera contempla pasmada el espectáculo del Camarote de Caja Madrid. La tropa se mejora cada día.

El PP en su conjunto está en un casting permanente, como el que en Sevilla ha hecho furor para participar en una película de Tom Cruise y Cameron Diaz. Así sabemos que Esperanza Aguirre es ideal para encarnar personajes dramáticos contemporáneos, aunque ella pretenda que le van más los de la época romántica liberal; o que Rajoy es el mejor para interpretar el papel de un dubitativo príncipe de Dinamarca. Manuel Cobo, el brazo derecho de Gallardón ha hecho unas declaraciones en las que pone a la lideresa popular de vuelta y media. Aguirre pide venganza a Rajoy, a quien en realidad querría ver depuesto de su cargo. Estamos a sólo unos instantes del momento culminante de Los Hermanos Marx en el Oeste: el grito "¡más madera, es la guerra!".

Todo puede mejorarse. Ante la evidencia de que el principal partido de la oposición vive en una declarada guerra civil desde su derrota en las elecciones de marzo del año pasado, ellos se presentan con mirada inocente y niegan lo que estamos viendo con nuestros propios ojos. Y claro, en ese terreno estamos perdidos, porque parafraseando Sopa de Ganso, a quién vamos a creer, a ellos o a nuestros propios ojos. Entre tanto, para acabar de confundir a la afición y ajeno al hecho de que se le supone protagonista de un conspiración contra la causa popular, el juez Garzón ha ordenado detener a responsables municipales socialistas en tres pueblos de Barcelona. A nuestros héroes ya sólo les queda pasar Una tarde en el circo. Pero a Rajoy seguro que le crecerían los enanos.