Salud y Bienestar

MSF pone el énfasis en las dificultades para contar con los nuevos fármacos disponibles

Sólo el 2% de los pacientes más graves con tuberculosis multirresistente han sido tratados con los dos nuevos fármacos que se aprobaron hace dos años para estos casos, según denuncia Médicos Sin Fronteras (MSF), con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis que se celebró ayer. Tanto la bedaquilina, comercializada por Johnson&Johnson, como la delamanida, de la farmacéutica Otsuka, han demostrado su potencial para mejorar la salud de los afectados por la variante más agresiva de la tuberculosis, que afecta a unas 150.000 personas en el mundo, a pesar de que inicialmente no habían sido específicamente desarrollados para esta enfermedad. De hecho, en los proyectos que MSF tiene en Rusia y Armenia vieron como entre el 75 y 80% de los pacientes, respectivamente, que siguieron un régimen de tratamiento reforzado con bedaquilina no tenían signos de tuberculosis en los cultivos seis meses después de iniciar el tratamiento. Ante esta eficacia, la organización destaca en un comunicado la necesidad urgente de aumentar el acceso de las personas a estos tratamientos más efectivos, haciéndolos asequibles y disponibles.

"El potencial de estos nuevos medicamentos se traduce en que estamos viendo a personas con tuberculosis extremadamente resistente salir por su propio pie del hospital cuando de otra manera habrían muerto", ha aseverado Yoseph Tassew, coordinador médico de MSF para Rusia, que ve "frustrante" que "no se pueda ofrecer esta esperanza a todas las personas que podrían beneficiarse inmediatamente de ellos". Para incrementar el acceso a los mismos, piden a las farmacéuticas que prioricen el registro de los medicamentos en los países con una alta prevalencia de tuberculosis de forma que los fármacos se puedan utilizar fácilmente, y que ofrezcan precios asequibles a todos los países en desarrollo con altas cargas de la enfermedad.

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