Dionisio Díaz | Presidente de la Unión de Hermandades de Jerez

“El obispo me pidió un reglamento para el consejo y después no lo aprobó”

  • El presidente del consejo local respasa los últimos acontecimientos vividos en las cofradías como la suspensión de la Semana Santa o la llegada al centro de las nuevas hermandades

Dionisio Díaz se planteará si sigue al frente del consejo local de la Unión de Hermandades.

Dionisio Díaz se planteará si sigue al frente del consejo local de la Unión de Hermandades. / Vanesa Lobo (Jerez)

—Finaliza el curso cofrade y es necesario hablar con el presidente de la Unión de Hermandades. Un consejo que ha vivido, o sufrido, el asunto de la alameda del Banco, la carrera de Gaitán que después no se llevó a cabo, hermandades que han llegado al centro, un cambio de obispo y hasta una suspensión de las procesiones en Semana Santa ¿En estos cuatro años ha tenido que visitar al cardiólogo?

—(Risas). Hago deporte y no me hace falta. Han sido cuatro años muy intensos. Es cierto. Recuerdo al comienzo de nuestra labor en el consejo que le hice a usted unas declaraciones en las que afirmaba que no pretendía mover la carrera oficial. Lo del cambio fue una petición del pleno en dos ocasiones. La primera fue una propuesta nuestra que no llegó a salir por pocos votos y la segunda fue una comisión de hermanos mayores y miembros del consejo que propuso la de Gaitán. Esta sí salió pero por petición del señor obispo fue pospuesta para votarla más adelante.

—Lo recuerdo. Pero nunca más se supo de todo aquello.

—Nunca más se supo.

—Comencemos por el final. El cambio de obispo ¿Cómo se ha llevado usted con José Mazuelos Pérez?

—En lo personal bastante bien. Ha sido cercano. Cuando destituí a Miguel Perea él me respaldó. Lo entendió perfectamente. Después sí ha habido decisiones que no he llegado a entender. Si tengo que echar en falta algo ha sido que no aprobase los estatutos del consejo y el reglamento de régimen interno. Me lo pidió él mismo y nos pusimos a trabajar. No fue fácil y se le echaron muchas horas por parte de una comisión. Lo vieron los hermanos mayores y les pareció bien, no se filtró a la prensa, en fin que todo iba sobre ruedas. Sin embargo, desde hace dos años no sabemos nada. El señor obispo me ha dicho en varias ocasiones que los canonistas tienen mucho trabajo. El caso es que no se ha podido aprobar. Esto es quizá lo que me dejo en ‘el debe’ de mi labor al frente del consejo. Hemos echado de menos un reglamento con la pandemia y el problema de los palcos. Es una lástima. No descarto publicarlo antes de irme del consejo. Y que por lo menos se sepa cómo es ese trabajo que se realizó.

—Nunca más se supo.

—Así es. Ya le digo que la respuesta ha sido siempre la misma. Que hay mucho lío con los canonistas y que no hay tiempo.

—Se dice y se comenta que usted va a convocar un pleno de elecciones para principio de curso ¿Pretende seguir un año más o en octubre habría pleno?

—Eso no lo he dicho así. Tenía previsto convocar elecciones tras la Semana Santa de 2020 pero con el tema de la pandemia todo se ha trastocado. En el pleno de la Catedral trasladé a los hermanos mayores que irnos era una temeridad tal y como estaban las cosas. No era oportuno. En cualquier caso, adelanté que si todo el asunto de los palcos salía mediamente bien me plantearía irme tras el verano. Eso lo tengo que meditar durante el mes de agosto si nos quedaríamos en este año de mandato; porque no sería una prórroga. Nos queda un año todavía. Pero no lo tengo claro todavía.

—¿Cómo ha vivido esta Semana Santa que ha sido histórica por la suspensión de las procesiones?

—Muy intensamente. Como usted dice pasará a la historia de la ciudad y a la mía particular. Estaré marcado siempre por lo vivido. Desde el catorce de marzo que se hizo pública la suspensión hasta la salida con el señor obispo por los templos con tanta tensión como había. Al final fue bastante reconfortante para todos, incluidos un gran número de cofrades.

—¿Cómo se lleva a cabo esta decisión tan importante?

—Teníamos un pacto entre los presidentes de Andalucía que no íbamos a suspender las procesiones. Era una decisión del Gobierno. No nuestra. Aquella mañana amaneció muy rara. Estaba todo muy calmado. Me levanté temprano y en el grupo de WhatsApp que tenemos los presidentes puse que estábamos muy tranquilos. Sevilla no respondió en el grupo. Comencé a hablar por teléfono con Paco Camas, después recuerdo que hablé con usted y con el delegado Joaquín Perea después. También hablé con el abogado del consejo y con el presidente de Cádiz. Al acabar estas llamadas saltó la noticia de la suspensión de Sevilla. Al caer Sevilla teníamos que caer los demás. Y así fue. A partir de ahí se tomó la decisión. Llamé al obispo y no me cogía el teléfono. Después llamé a Joaquín Perea, lo entendió perfectamente. La alcaldesa Mamen Sánchez también lo entendió y se hizo el comunicado inmediatamente. A las doce y veinte de la mañana se hacía pública la decisión de suspender las procesiones en Jerez.

—¿No hubo una reunión previa entre el obispo, la alcaldesa y usted como ocurrió en Sevilla?

—No hubo reunión. Con el obispo no pude hablar. Joaquín Perea me dijo que había hablado con él y que no había problema. Eran días de mucha tensión. Al día siguiente se declaraba el estado de alarma. Mucha confusión y fue vía telefónica entre Mamen Sánchez, Paco Camás y Joaquín Perea. Y al final la decisión la hizo pública el consejo. El peso de decirlo nos tocó a nosotros llevarlo.

—¿Pero el obispo no intervino en ningún momento?

—Joaquín Perea me trasladó que lo que se decidiera don José lo respaldaría.

—¿Apostaría por una Semana Santa totalmente normal para 2021?

—Me lo preguntan muchas veces. En la presentación del cartel de la Semana Santa de este año yo acaba mis palabras diciendo que Jerez tiene esperanza. Yo creo que hay que tener esperanza. Quizá no será una Semana Santa como la hemos vivido hasta ahora porque todo está cambiando, pero intentaremos que sea lo más aproximado a lo de siempre. Espero que sí.

—En la próxima Semana Santa entrarán tres nuevas hermandades en la carrera oficial ¿Nos puede adelantar algo de posibles días?

—Bondad y Misericordia y la Salvación han solicitado el Martes Santo. Una de la hermandad del Martes Santo pide irse al Jueves Santo y todo parece que va a llegar a buen puerto. Se irá anunciando lo que se vaya decidiendo pero se intentará que todos tengan lo que han pedido. Las hermandades son solidarias y no creo que haya muchos problemas. El Martes Santo podría ser el día que más cofradías haya. Curiosamente una jornada que ha sido siempre de las que menos tenía.

—Ha habido otras que pidieron y no se les dio lo que querían.

—Por ejemplo la mía de la Clemencia que ni se nos preguntó. Se nos puso en el Martes Santo y ya está. También Humildad y Paciencia pidió el Jueves Santo en su día y la de San Rafael que pidió el Lunes y fue al Martes. Hay decisiones más complicadas que otras. Había que tener un día con siete hermandades y creo que será el Martes Santo.

—¿Y la Misión?

—Están pendientes de un cabildo de hermanos. Todo hace prever que podría ser la Madrugada y no habrá problema.

—¿El Viernes Santo se queda con cinco?

—Habrá que verlo. Si hay alguna otra que pide el Viernes Santo, y el obispo lo permite, podría entrar y procesionarían seis cofradías. Hay hueco.

—¿Me habla de la Mortaja?

—No lo sé. Podría ser.

"Bondad y la Misión han pedido el Martes Santo. Todo parece que podrá encajar y llegará a buen puerto”

—¿No piensa usted que todo esto de llegar al centro se ha llevado muy precipitadamente? Lo digo porque usted es cofrade de la Clemencia y sufristeis sangre, sudor y lágrimas para llegar al centro.

—Yo me alegro que las que ahora vienen no les haya costado tanto. Nosotros lloramos mucho porque ese día no llegaba nunca. No se lo deseo a nadie. El tiempo dirá si las cofradías están preparadas para venir al centro o no. Todo tiene un comienzo y todo tiene una evolución. Hace poco muchas veníamos con lo puesto. Ahí está el reto y la demostración de que son maduros porque esto es un paso más. Tampoco tiene sentido que estén muchos años dando vueltas por su barrio. Si son hermandades, ¿por qué no van a venir al centro? Después el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.

—¿Podría darse el caso de que siendo un consejo que ha apostado por la pintura tenga que elegir una fotografía como cartel de 2021?

—No. No será fotografía. Hay alguna idea bastante buena y original para el año que viene. En carteles originales nadie nos va a ganar.

—Tema económico ¿Cómo se va a gestionar el consejo en este nuevo tiempo de economía casi de guerra?

—Los gastos se reducirán a lo mínimo. Gracias a Dios los usuarios de los palcos han tenido una gran respuesta a las distintas posibilidades que ofrecíamos. No muchos más de veinte usuarios han solicitado el cien por cien del dinero y ciento cuarenta y uno los que han retirado con una retención para no perder el sitio. O sea que han sido pocos. La gran mayoría han decidido dejarlo pagado para el año que viene y unos cincuenta lo han donado para las hermandades. Por tanto hay un buen colchón para el próximo año y la merma no ha sido todo lo mala que se pensaba. Las hermandades han perdido un año de ingresos. Hay que pagar primero y después habrá reparto pero ya para el año que viene.

—Una exclusiva ¿Nos puede decir cuál será la imagen del Vía Crucis del año que viene?

—(Risas). Para eso hay que esperar. Aún queda mucho trecho por delante y muchas cuestiones que gestionar y llevar a cabo antes de pensar en el Vía Crucis. Además, no sabemos ni tan siquiera si seguiremos estando en el consejo para el año que viene.

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