Casi 4.500 personas denunciaron abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia católica en Australia entre 1980 y 2015, según se dio a conocer ayer en la reanudación de las audiencias de la comisión que investiga esos delitos.

"Los niños fueron ignorados o, peor aún, castigados. Las denuncias no fueron investigadas", dijo la abogada consejera de la comisión, Gail Furness, al revelar los datos recopilados por el organismo encargado de investigar cuál fue la respuesta oficial a los abusos sexuales a menores en Australia desde 1950.

La comisión real tomará declaración a casi todos los obispos del país en varias vistas públicas hasta el día 27. En la primera jornada, Furness explicó que se recabaron 4.444 denuncias que apuntan a centenares de religiosos y 93 altos cargos de la iglesia, y afecta a más de un millar de instituciones.

Los datos recopilados indican que el 78% de los denunciantes fueron varones. La edad media de las víctimas fue de 11,6 años en el caso de niños y 10,5 en el de niñas, y tardaron una media de 33 años en presentar las denuncias después de la comisión del supuesto delito. Unas 1.880 personas fueron identificadas como presuntos perpetradores de abusos.