Causa criminal

Caso Ana Buza: su móvil fue manipulado antes y después de la muerte de la joven de Carmona

Imagen durante una concentración en la puerta de los juzgados de Carmona

Imagen durante una concentración en la puerta de los juzgados de Carmona / Redes Sociales

En septiembre de 2019 los padres de Ana Buza, una joven carmonense de 19 años, recibían la noticia de que su hija había muerto.

La chica iba en el coche de su pareja por una carretera de la localidad cuando, según el atestado que elaboró la Guardia Civil, se tiró con el vehículo en marcha y perdió la vida. El caso quedó cerrado, con el apoyo de la Fiscalía, en solo 36 horas como un suicidio y dos días después estaban incinerando su cuerpo en compañía de sus familiares y amigos en el municipio sevillano.

Una vez que pasó el shock, la familia de la joven comenzó a desconfiar del relato de los hechos que daba el novio de Ana. Llegó a ofrecer hasta cinco versiones de lo sucedido y había cabos que seguían sueltos en las circunstancias que rodeaban a su muerte.

Tras cuatro años de lucha incansable de la familia así como de varios colectivos de Carmona que la apoyan, consiguieron en 2023 que reabrieran el caso en un juzgado de Sevilla de violencia contra la mujer. Hasta el momento ha sido su padre, Antonio Buza, quien ha estado al frente de los nuevos peritajes, que ha estado pagando de su bolsillo.

Con toda la información que tiene, este hombre carmonense pide ahora al juez que prorrogue el periodo de instrucción seis meses más para que se esclarezca qué le pasó a Ana Buza el día que perdió la vida.

Borrado de su teléfono

El último peritaje solicitado por el padre de la víctima se ha centrado en el análisis del teléfono móvil de la joven. Ha s sido uno de los equipos que han trabajado en su revisión el que ha podido concluir que éste fue manipulado antes y después de su muerte.

Tal y como ha contado Antonio Buza en el programa Vamos a Ver, el teléfono de Ana lo encontró él mismo 19 días después de su fallecimiento a 72 metros del lugar en el que apareció su cuerpo. “No sabemos cómo llegó allí”, ha dicho Buza, sin embargo ha aclarado que la madre del que era su pareja y que ahora está investigado, le contó que ella lo había encontrado en el interior del coche en el que ambos iban. Según la mujer, se lo dio a un agente de la Guardia Civil cuando lo halló, por eso Antonio no se explica qué hacía allí el móvil de su hija 19 días después.

Por este motivo decidió contratar a dos grupos de expertos informáticos diferentes para que revisaran el teléfono y conocer a qué conclusiones llegaba cada uno. “Se borraron muchos archivos días posteriores a la muerte, cuando yo lo encontré”.

El móvil se conectó a otro

Una de las conclusiones más relevantes de este estudio es que los informáticos han podido determinar que el terminal de Ana se conectó, mediante bluetooth, a un teléfono justo en el momento del entierro. Este segundo dispositivo al que se conectó coincide, además, con el modelo del teléfono móvil del investigado. “Alguien de ellos tenía que tener el teléfono”, ha asegurado Antonio.

Según parece, existen multitud de archivos que se borraron y aun quedan muchos otros por analizar, por este motivo solicitan esa prórroga de seis meses para la instrucción del caso, ya que el trabajo que están realizando los informáticos tendrá una duración estimada de dos o tres meses.

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