El fuerte oleaje provocado ayer por el temporal en aguas del Atlántico partió en dos el carguero español Luno cuando trataba de entrar en el puerto francés de Bayona, a la altura de Anglet, lo que obligó al rescate de sus 12 ocupantes por un helicóptero.
Las autoridades francesas descartaron un riesgo de contaminación importante porque el barco estaba vacío, y sólo se teme que se puedan escapar sus 80 toneladas de combustible.
Tras aguardar varias horas frente a Anglet a que saliera otro barco, el buque español se disponía a entrar en el puerto de Bayona, en el suroeste de Francia, remolcado y pilotado, cuando sufrió una avería eléctrica que inutilizó sus mandos. En ese momento, el Luno quedó a merced del fuerte oleaje y del viento, que en algunas zonas de la costa atlántica francesa soplaba a 150 kilómetros por hora.
Incontrolable, el carguero chocó contra un espigón del puerto y se fracturó en dos partes. La delantera se hundió en la playa de Anglet, mientras que la otra permanece varada junto al espigón.
Desde esa segunda mitad y en condiciones meteorológicas muy duras, un helicóptero militar francés logró rescatar a sus 12 ocupantes, 11 miembros de la tripulación -10 españoles y un cubano- y el práctico del puerto.
Evitado el drama humano por una intervención "extraordinaria", en palabras del ministro francés de Transportes, Frédéric Cuvillier, que se trasladó al lugar, las autoridades comenzaron a estudiar cómo salvar el drama ecológico. Expertos de la Prefectura Marítima se desplazaron a Anglet y, según sus primeras constataciones, se descarta una masiva contaminación.
Cuvillier explicó que la mayor parte del carburante, entre 60 y 70 toneladas, están en la parte delantera del barco, en situación relativamente estable, hundida a pocos metros de profundidad.
Más inquietante aparece la otra mitad, golpeada todavía por el fuerte oleaje y donde se estima que hay entre 10 y 20 toneladas de fuel, aunque de momento no se constató ningún vertido.
El barco, diseñado para cargar, entre otros productos, sustancias peligrosas sólidas a granel y contenedores, partió la noche del martes, sin carga, del puerto de Pasaia, Guipúzcoa, hacia Bayona.
Pero el temporal no da tregua. Sucesivas borrascas, acompañadas de frentes fríos, seguirán afectando a la Península en lo que resta de semana y durante toda la siguiente. Desde hoy, una nueva borrasca atlántica próxima a las costas de Galicia, dará lugar a un nuevo temporal con vientos fuertes o muy fuertes en Galicia, Asturias, Cantabria, zonas de alta montaña de la mitad norte peninsular y Castilla y León, donde podrán alcanzarse localmente rachas de hasta 130 kilómetros por hora.
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