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San Fernando

¿Por qué nadie quiere hablar del Puente Zuazo?

El Puente Zuazo, a la espera de una rehabilitación que no llega.

El Puente Zuazo, a la espera de una rehabilitación que no llega. / Miguel Gómez (San Fernando)

En La Isla se ha oído infinidad de veces la misma frase a lo largo de los últimos años: En cualquier otro país del mundo esto no estaría así... Políticos, historiadores, expertos en patrimonio y articulistas han repetido esa expresión que denota a la par reproche y falta de esperanza. Pero no por ello ha cambiado la situación. Antes bien, la cosa ha empeorado con el paso de los años, que ha hecho mella en el abandono del Sitio Histórico del Puente Zuazo.

Sometido durante décadas al olvido y la ruina, estuvo cerca –muy cerca en realidad– de conseguir su rehabilitación completa y puesta en uso con el empuje que la conmemoración del Bicentenario de 2010 y 2012 dio a las inversiones para la recuperación del patrimonio vinculado a la Guerra de la Independencia, Las Cortes de la Isla de León y la Constitución de 1812.

Pero el tren pasó de largo. Eso sí, de muestra quedó la recuperación del Real Carenero y de las baterías defensivas más próximas, lo que se concebía como la primera fase del proyecto de rehabilitación del Sitio Histórico. Se gastaron 3,8 millones de euros que, a la vista de lo ocurrido posteriormente, no sirvieron de nada.

Trece años después de la terminación de las obras aún no se ha conseguido darle uso alguno. De hecho ya ni se intenta. Y el deterioro de las edificaciones y baterías rehabilitadas en su día es ya más que evidente por el tiempo que ha pasado y, sobre todo, por los efectos del expolio y del vandalismo. Hasta las antiguas losas de Tarifa de una de las fortificaciones se intentaron llevar allá por 2016 causando grandes destrozos en un conjunto patrimonial catalogado como BIC (Bien de Interés Cultural) y altamente protegido pero apartado y carente de vigilancia.

Placa que recuerda el símbolo nacional que supone el Puente Zuazo. Placa que recuerda el símbolo nacional que supone el Puente Zuazo.

Placa que recuerda el símbolo nacional que supone el Puente Zuazo. / Miguel Gómez (San Fernando)

Símbolo nacional, "el límite de la España libre"

Aunque, eso sí, hay que reconocer que la intervención acometida en su momento sirvió para poner de manifiesto la monumentalidad del conjunto que durante décadas había estado oculta por su deterioro, construcciones añadidas, desafortunadas ocupaciones, etc...

A la importancia patrimonial que ya de por sí encierra el conjunto del Sitio Histórico del Puente Zuazo se suma el hecho de que sea un símbolo nacional de especial relevancia al ser el punto que marcó el límite de la España libre durante la Guerra de la Independencia y el asedio que las tropas napoleónicas mantuvieron durante dos años y medio a La Isla y Cádiz coincidiendo con Las Cortes y la elaboración de la Constitución de 1812.

De ahí que el Ayuntamiento de San Fernando, cuando trazó su hoja de ruta para conmemorar el Bicentenario de 2010, decidiera apostar por su recuperación como una prioridad. En el tema se empezó a trabajar cuando todavía era alcalde Antonio Moreno, si bien fue durante los mandatos de Manuel María de Bernardo cuando se daría un impulso decisivo a esta propuesta de rehabilitación. En octubre de 2006 –hace casi 17 años de eso– se presentó el proyecto elaborado por Fran Toledo.

La actuación planteada pasaba por recuperar su aspecto original, el que proyectaron los ingenieros de Felipe II según el diseño más característico de la arquitectura renacentista. Para ello, se proyectaba desmontar el tablero de hormigón del puente que se colocó en 1963, las vigas y todo el vano central como paso previo a la reconstrucción de su bóveda central, destruida durante el asedio de las tropas napoleónicas que sufrió la ciudad en la Guerra de la Independencia.

Aspecto que presenta el Real Carenero, donde el paso del tiempo, la humedad, la falta de uso y de mantenimiento ha hecho mella. Aspecto que presenta el Real Carenero, donde el paso del tiempo, la humedad, la falta de uso y de mantenimiento ha hecho mella.

Aspecto que presenta el Real Carenero, donde el paso del tiempo, la humedad, la falta de uso y de mantenimiento ha hecho mella. / Miguel Gómez (San Fernando)

¿Qué se quería hacer?

De esta forma, el puente recuperaría su alzado, su volumen inicial y, sobre todo, su antiguo esplendor. Pero también lo iba a hacer todo su entorno, que se extiende entre los términos municipales de San Fernando y de Puerto Real: el baluarte del Caballero Zuazo, los reductos de Santiago y de la Concepción, las baterías de San Pedro, San Pablo, San Ignacio, Ángulo y Alburquerque (que luego se taparía con el tranvía) y, sobre todo, el Real Carenero, el primer astillero que tuvo la Bahía de Cádiz, antecesor directo del Arsenal de La Carraca.

El 19 de noviembre de 2009 se dio un paso decisivo para afrontar esta actuación: la firma del convenio ejecutivo entre el Ministerio de Fomento y los Ayuntamientos de San Fernando y de Puerto Real que permitió licitar prácticamente de inmediato las obras de la primera fase –las únicas que se han hecho– con un presupuesto de 3,8 millones de euros.

Antes, el 26 de noviembre de 2008, se había firmado ya un protocolo de actuación entre las tres administraciones que se encargó de abrir la puerta a las negociaciones. Pero las actuaciones en firme no se acometieron hasta que se rubricó este convenio ejecutivo, donde se concretó ya esa partida de casi cuatro millones de euros para poner en marcha la ansiada intervención.

Las obras comenzaron en 2010 y acabaron aproximadamente un año después. En aquel momento había un claro entendimiento entre los alcaldes de ambos municipios –Manuel de Bernardo y José Antonio Barroso– y se apostó por iniciar las obras en la parte emplazada en el término municipal de Puerto Real. El problema es que se quedaron ahí. No hubo más obras.

Frenazo en seco

Y tras la celebración del Bicentenario todo cambió. Llegó la crisis, las inversiones públicas se frenaron en seco, cambiaron alcaldes y gobiernos y el proyecto se frenó en seco.

Para Puerto Real –aunque se intentó darle uso sin resultado alguno– el Real Carenero estaba demasiado lejos y ni siquiera tenía acceso directo al conjunto. Y para La Isla era algo que quedaba fuera de su término municipal. Ahí empezaron los problemas: recepción de las obras, qué uso darle a las edificaciones, quién se hacía cargo del mantenimiento, vigilancia, etc...

La continuación del proyecto fue perdiendo interés en los años sucesivos hasta el punto de desaparecer por completo de las prioridades. La ejecución de la segunda fase de la rehabilitación del Sitio Histórico –que incluía al puente en sí, la que más interesaba a La Isla– se cifró en la friolera de 19 millones de euros cuando se actualizó el proyecto, a finales de 2011.

Ese elevado coste, debido principalmente a la inclusión de un acceso por carretera desde Puerto Real y al traslado de la tubería principal de abastecimiento de agua potable que da suministro a San Fernando, fue el golpe de gracia para un proyecto afectado por un conflicto competencial y que se repartía entre los términos de dos municipios con intereses y prioridades ahora diferentes.

Desde entonces, se han planteado retomar la actuación en múltiples mociones, se ha hablado de aprovechar el 1% cultural para afrontar su rehabilitación, se ha apuntado a la posibilidad de dividir el proyecto en varias fases y se ha denunciado el progresivo abandono del conjunto histórico, pero de poco ha servido.

Desbloquear el proyecto no es nada fácil. No solo hace falta una potentísima inversión –el coste de la intervención propuesta hoy sería todavía mayor de esos 19 millones de euros– sino también del entendimiento entre varias administraciones, incluido el Ministerio de Fomento y Carreteras, que en su día se comprometieron a afrontar esta actuación en su integridad. Así que el Puente Zuazo sigue todavía esperando.

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