El diestro Miguel Angel Perera fue el máximo triunfador del quinto festejo de abono de la feria de Albacete, al cortar tres orejas y salir así por la Puerta Grande del coso manchego.

Perera está que se sale. Le vale cualquier toro. Le da igual. Al bueno lo cuaja de principio a fin y al malo, a base de paciencia y tesón, lo exprime también hasta la última gota. Como pasó en Albacete.

En su primer toro brilló el extremeño en un quite por tafalleras y en un posterior trasteo en el que el toreo hondo, templado y de mano baja fueron las claves de su éxito rotundo. Labor siempre a más, coronada con una efectiva estocada, para cortar dos orejas.

El sexto no se prestó tanto, pero aquí contaron mucho la paciencia y el amor propio de Perera, que acabó imponiéndose en una faena muy larga, en la que brotaron pases de calidad por los dos pitones. A pesar de su fallo a espadas cortó otra oreja.

Padilla anduvo un tanto desdibujado en su primero, un toro un punto soso con el que no llegó a acoplarse, llevando a cabo una faena intermitente y de pases sueltos.

En el cuarto anduvo mejor el jerezano, que, al igual que en su turno anterior, puso banderillas con eficacia. Prologó faena de rodillas para, posteriormente, instrumentar una faena bullidora, que conectó con la gente, y que fue premiada con una oreja.

Lo mejor de David Fandila El Fandi, aparte de sus vibrantes tercios de banderillas, vino con la mano izquierda a su primero, un toro manejable con el que el granadino disfrutó e hizo disfrutar.

En el quinto, en cambio, no pudo ser. Fue éste el toro más deslucido del envío por desrazado y por el peligro sordo que desarrolló, colándose por los dos pitones. El Fandi, que hizo un bonito quite por lopecinas, tan sólo pudo mostrarse voluntarioso en una labor mal rubricada con los aceros.