Una solitaria oreja a cargo de Sergio Serrano del toro más toreable de un deslucido encierro de Samuel Flores fue el balance del cuarto festejo de la feria de la Virgen de los Llanos, celebrado en Albacete.

No hubo mucha tela que cortar en la tarde. Y no la hubo, principalmente, porque los toros de Samuel Flores apenas brindaron opciones. Cada uno con sus particularidades pero, en conjunto, no sirvieron para hacer el toreo.

Tan sólo hubo uno, el tercero, pero fue como un tuerto en el país de los ciegos, y a éste le aprovechó el local Sergio Serrano para lograr una entonada faena que le valió el único apéndice de la tarde.

El otro pasaje emotivo de la función fue la faena de Pinar al segundo, toro que desarrolló peligro en la muleta, con el que el albaceteño estuvo muy valiente, llegando a ser cogido aparatosamente por la chaquetilla, por fortuna, sin consecuencias. Dio una vuelta al ruedo.

Ni Serrano con el incómodo sexto, ni Pinar con el deslucido quinto, ni mucho menos Javier Castaño con los dos imposibles astados que le tocaron en suerte pudieron más que mostrar voluntad por agradar.