Crónica de una muerte no tan inevitable
Los números de Gorosito invitan a pensar que todo podría haber cambiado si el club no hubiera entrado en ese estado de resignación y autocomplacencia previo a la llegada de Souza
Lo del Xerez con el descenso ha sido un noviazgo de varios meses. Durante un tiempo parecía que el equipo azulino iba a ser el primero en caer en el pozo de Segunda por su pésima trayectoria, pero apareció Néstor Gorosito en el mes de enero y todo cambió. De ser el peor colista de la historia y un equipo que no podía competir con la mayoría de los rivales de la categoría, pasó a ser un conjunto capaz de mirar a los ojos a cualquiera. No ha sido suficiente para sobrevivir, pero la dignidad con la que han caído los azulinos tiene mucho valor.
Mala planificación
El primer fallo de la temporada fue el de la planificación. Algunos echarían de menos en su momento a Esteban Vigo y pensarían que con él las cosas habrían sido diferentes por el conocimiento que tenía de la plantilla, pero las negociaciones para su continuidad fueron complicadas por parte y parte y no se le puede recriminar al club que no continuara. En la elección de Ziganda no parecía en su momento que hubiera disconformidad generalizada, pero la imagen del técnico navarro se ha ido ensuciando con el paso del tiempo, sobre todo desde la llegada de su sucesor.
Cierto es que Miguel Ángel Rondán contaba con escasos medios para conformar una plantilla competitiva, pero el director deportivo quedó en evidencia al apostar por dejarlo todo para la última quincena de agosto, creyendo que Primera es como Segunda y que llegarían mirlos blancos a precio de coste. Esa ingenuidad y un evidente desconocimiento del mercado al que podían acudir los azulinos se pagó muy caro en toda la temporada, aunque la plantilla resultó no ser tan limitada como parecía en su momento.
Responsabilidad de Ziganda
En el descargo de Ziganda hay que decir que trabajó con escasos efectivos en la pretemporada, pero después fue incapaz de conseguir que el equipo fuera uno más en la competición. Es verdad que en varios encuentros su Xerez mereció más, pero era un conjunto de moral quebradiza y tácticamente inestable. Además, no sacó provecho de jugadores, como Víctor Sánchez, que explotarían más tarde con Gorosito. En sus últimas semanas como técnico xerecista la nula intensidad de la mayoría de los entrenamientos, dicho por los propios jugadores, evidenciaba que el equipo iba a la deriva, sin nadie al timón.
Giro en la dirección
Por fortuna para el xerecismo, se produjo la entrada del grupo argentino en el mes de enero porque de no ser así seguramente el descenso habría llegado mucho antes, ya que el propio Rondán ha reconocido que no habría despedido a Ziganda porque seguía confiando en él. Los números dicen que con el pamplonica, el Xerez tenía siete puntos, había marcado sólo siete goles en 17 partidos, había recibido 32 y se encontraba a ocho puntos de la salvación.
De desconocido a ídolo
Llegó Gorosito, un desconocido como técnico, rodeado de sospechas, que ha terminado convenciendo a la mayoría porque sus números han sido muy buenos. Lástima que Morales tardara tanto en vender sus acciones a Souza.
De ser un equipo deprimido, que sólo era capaz de dar la cara en algunos minutos de cada partido, el Xerez pasó a ser un equipo que aprovechaba al máximo sus armas, limitadas o no, pero que hacían daño a sus rivales. El técnico jamás cayó en frivolidades, quedó al margen de las comparaciones con cantaores de la ciudad y se centró en trabajar junto con un buen equipo de ayudantes para dar la intensidad que le faltaba a la plantilla. Sus decisiones no siempre gustaron, pero el tiempo le dio la razón.
Mercado desperdiciado
En el haber del grupo de Souza está el fichaje de Gorosito, pero no se puede pasar por alto que el equipo necesitaba como el comer en el mes de enero de la llegada de algún refuerzo y los dos fichajes realizados no aportaron prácticamente nada. Alustiza no pasó de ser un revulsivo de corto recorrido y de Vigneri nada se sabe porque ni siquiera ha debutado. Que estos dos fichajes le hayan costado al club unos 600.000 euros no se entiende, por más que Souza lo haya explicado en más de una ocasión. Tampoco ha sido serio tener un director deportivo que iba y venía para seguir siendo futbolista.
Condiciones impropias
A la hora de analizar un descenso son muchos los detalles que van empujando a un equipo hacia el abismo. En sí mismos no pueden ser usados como excusa para explicar por qué el Xerez estará en Segunda la próxima campaña, pero es una realidad que el equipo no ha contado con instalaciones en buen estado en muchos momentos de la temporada. En la despedida de Ziganda, el técnico se despachó criticando el estado del campo de entrenamiento y de Chapín, algo que también ha sido motivo de comentario críticos por parte de algunos jugadores.
Inestabilidad social
La presencia de Morales durante buena parte de la campaña estuvo acompañada de continuos rumores sobre su salida, algo que nunca ayuda a la paz social. La entrada en la Ley Concursal debe ser buena a la larga, pero complicó la toma de decisiones importantes con la celeridad necesaria.
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