Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

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Sólo Capi despertó a la afición

  • Altas temperaturas El enorme calor y el mal juego del equipo, protagonistas de la primera victoria del Deportivo

La primera victoria en Chapín tardó en llegar. Los aficionados sufrieron hasta el último segundo para ver ganar a su equipo y tras aguantar un auténtico sopor de 90 minutos. Lo positivo es que al fin el Xerez estrena casillero en Liga y se quita esa presión que siempre da el hecho de conseguir los primeros puntos. La victoria y sobre todo Capi fueron la notas agradables de una tarde calurosa a más no poder (hasta que no pase una desgracia no aprenderán los de LFP y las televisiones, porque no se puede jugar a las cinco con treinta y cuatro grados) y en la que aficionados y jugadores fueron víctimas del mal horario.

La tarde comenzó con un merecido homenaje, el que el Xerez rindió a Sebastián Jiménez, un xerecista de pro, que nos dejaba hace unas semanas. Quien haya seguido al club en los últimos años, ya fuese en El Palmar, en Bahía Sur, en La Juventud, en Chapín e incluso fuera de Jerez, pudo observar en la grada una pancarta azulina con el Cristo de las Tres Caídas, un símbolo que Sebastián y su esposa siempre llevaban consigo. Ayer, la afición le despidió con una ovación a sus familiares, aún compungidos por la trágica pérdida.

La afición respondió nuevamente y casi 11.000 espectadores poblaron Chapín. El xerecismo pronto disfrutó con su equipo pues a los 12 minutos Capi sacó la muleta, dio un pase espectacular a José Mari y éste, en colaboración con Jaio, mandó el balón a la red.

Llegaron los mejores minutos del Xerez, liderados por Capi al que la afición coreó cada una de sus acciones. Sin embargo, el murmullo y el nerviosismo se fue apoderando de la grada conforme pasaban los minutos. El equipo, a eso de la media hora, ya no tenía gasolina y la posesión, sí eso de lo que alardea Javi López, era un simple espejismo.

Las imprecisiones se apoderaron de Barber, infame ayer, de Mendoza, sobrepasado por Cedric, y de la propia defensa, llevando los primeros pitos justo antes del descanso.

Sólo Capi en la segunda mitad encendió los ánimos, aunque sólo de manera esporádica y con varios destellos. Lo demás fue un querer y no poder de un Xerez que sigue estando un peldaño por debajo de sus rivales en el tema físico y que únicamente despertó del letargo gracias al empuje de Cordero. El resto, exceso de pelotazo y nulo nivel de juego. Habrá que esperar.

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