Sin goles no hay nada que hacer

El Xerez no mereció perder en Pamplona. Tenía la eliminatoria muy cuesta arriba tras el encuentro de la ida y salió a por todas en el Reyno de Navarra, pero su esfuerzo resultó insuficiente. Los azulinos dominaron el partido y gozaron de hasta tres buenas ocasiones para anotar en un encuentro aburrido y sin apenas fútbol.

El osasunista Dady, con un gol con su pierna izquierda cuando el partido moría, anotó el tanto que dejaba sentenciado el pase a octavos de final para los hombres de José Antonio Camacho después de un partido en el que los navarros no fueron acreedores a esa nueva victoria. La eliminatoria, en cualquier caso, resultó nivelada y sólo la mala suerte privó al Xerez de tener opciones de acceder a la siguiente ronda.

El conjunto de Cuco Ziganda, que demostró tener un amplio conocimiento de su ex equipo, ofreció una buena imagen. No sólo maniató a Osasuna, que encontró muchos problemas para generar peligro, sino que también adelantó sus líneas en los momentos de partido que se veía superior. Los navarros sólo pisaron el aérea del Xerez con claridad en una ocasión en la primera parte. Fue el internacional Nacho Monreal quien subió por la banda izquierda para internarse entre los defensores de Osasuna y no pudo conectar su disparo como a él le hubiera gustado ya que fue obstaculizado en última instancia. Rechazó Chema y Masoud no llegó al rechace. En esa jugada terminaría lesionado el propio Monreal, que minutos después se vería obligado a pedir el cambio.

Durante el resto del tiempo deambularon por el centro del campo con algo más de posesión pero escasa profundidad.

El Xerez, con algunos jugadores no habituales, como Chema en la portería y Víctor Sánchez en el centro del campo, no desentonó pero volvió a hacer gala de su falta de pegada, pese a que Ziganda puso esta vez a casi toda su artillería.

El Xerez se estaba acomodando poco a poco en el rápido césped del Reyno de Navarra, motivado por las lluvias caídas. Víctor Sánchez protagonizó el primer disparo a puerta con un cabezazo manso que atrapó Roberto y justo antes del descanso, Mario Bermejo gozó de una buena oportunidad para adelantarse a los gaditanos. En buena posición, intentó el remate de tacón en un centro desde la banda derecha, pero le salió desviado. Fue una acción en la que el Xerez puso de manifiesto su ambición y sus ganas de poner en aprietos a su rival.

En la segunda parte, el Xerez acrecentó su dominio y dispuso de dos peligrosos acercamientos que pudieron terminar tranquilamente en gol. Antoñito, que había salido en el descanso para reforzar el ataque de los de Ziganda, conectó un lanzamiento lateral que repelió el larguero en el minuto 52. Y en el 71, en la más clara, otra vez Antoñito se marchó de los zagueros navarros para meter un balón de oro a Mario Bermejo. El delantero del Xerez, con todo a su favor, mandó la pelota rozando el palo.

La entrada del ex jugador del Sevilla revolucionó a su equipo, que tuvo a su merced a un Osasuna espeso que apenas creaba peligro y que siempre resultaba muy previsible en todas sus acciones.

Cuando parecía que el equipo visitante se llevaría el partido, Osasuna encontró el gol en una de sus pocas acciones ofensivas. Masoud asistió a Dady, que se buscó un hueco en el área rival, se preparó el disparo y engatilló a Chema con un zurdazo que se coló por la escuadra. Ahí se acabó la eliminatoria con una nueva derrota para los de Ziganda aunque ayer el Xerez mereció más y salió injustamente derrotado de su visita a Pamplona.