Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Tras la resaca electoral de los EEUU, sin duda, no está mal fijarse en lo único bueno de una campaña para olvidar. El discurso de Obama, tras la victoria de Trump, parece que caló con fuerza en el señor Francisco Conejo, número tres del PSOE andaluz, quien, quizás, animado por ese llamamiento a la unidad no ha dudado en plantarse en Jerez para pedir a los suyos que se unan entorno a su alcaldesa y dejen aparcadas sus disputas internas. No sé si los norteamericanos atenderán a tan sabio consejo, pero en el caso del PSOE local el señor Conejo lo tiene más que complicado. Basta con recordar que la regidora municipal fue la primera en afirmar abiertamente, tras conocer que su delegado de Economía había demandado a uno de sus asesores, que uno de los grandes problemas del PSOE es hacer públicas sus disputas. Y no hay duda que esta afirmación ha sido la más acertada en su alborotada legislatura. El toque de la Ejecutiva regional a los que quieren ver a Mamen Sánchez fuera de la alcaldía llega en un momento muy delicado en el que ni la escenificación de unidad puede salvar al Gobierno local del callejón sin salida en el que se encuentra tras la pérdida de confianza de sus socios de investidura. A dos días de que se cumpla el ultimátum dado a la oposición para aprobar los Presupuestos, la alcaldesa se mantiene sin mover ficha en su particular Día de la Marmota. Como en las peores telenovelas, en las que se pueden ver 300 capítulos sin que nada pase, el Gobierno es incapaz de encontrar una salida al bloqueo municipal. Tardar en reconocer, y encima por un mensaje equivocado de dos de sus delegadas, la evidente parálisis del Consistorio sin asumir ningún tipo de responsabilidad o meter miedo en el cuerpo a los jerezanos porque el nuevo interventor diga que el Ayuntamiento corre el riesgo de ser intervenido por Hacienda (algo que no es ninguna novedad en un Consistorio con más de mil millones de deuda sujeto al cumplimiento de sus planes de ajustes) es otro engaño a los jerezanos. Solo queda esperar qué el aburridísimo episodio de la asamblea de Ganemos permita poner fin a una infumable telenovela que debe dar paso a una serie de acción en la que el empleo sea el verdadero protagonista.

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