Ya saben quienes me conocen que me gustan lo mismo los centros comerciales que cogerme el dedo meñique con la puerta de una casa vieja. En general, las aglomeraciones nivel comedor de Harry Potter o recogida del Prendi no van conmigo. Y si a todo eso sumamos un montón de gente mirando ropa y dejándola de cualquier manera, con la música chunda-chunda a todo trapo, como si estuviéramos en una discoteca pastillera de Ibiza, pues apaga y vámonos.

Con todo, y dada la cercanía que hay entre mi casa y Área Sur y Luz Shopping, suelo ir por allí (muy a mi pesar) cuando a las niñas les da por crecer o por devastar la nevera. Y siempre que voy en el coche camino de los aparcamientos me compadezco de todos aquellos que utilizan el autobús urbano o, simplemente, acuden con el carrito del niño a pie, dando un paseo.

Es francamente descorazonador y cabreante ver la inexistencia absoluta, no solo de unas marquesinas, sino de un simple y cómodo acerado. Hay partes, muchas partes, que han quedado sin terminar (y el centro comercial lleva ya un buen puñado de años abiertos). De tal suerte, se puede ver a más de uno, bolsas en ristre después de un rato de compras (que eso depende de la paciencia y del bolsillo de cada cual) esperando el autobús al filo de la carretera, haciendo equilibrios prácticamente entre el bordillo y el descampado donde, se supone, debería estar la acera.

Desconozco por completo a quien corresponde el remate final o el arreglo de esas zonas, lo que sí está claro es que, no el deterioro, sino la obra inacabada (porque creo que se acerca más a eso), da una imagen pésima de un centro comercial que presume de ser uno de los más grandes y completos de Andalucía.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios