Cuando gobernaba Rajoy y se produjeron leves subidas, tímidos repuntes en el precio de la luz, los Torquemadas de la Justicia Social se abalanzaron sin piedad contra el insolidario gobierno al que acusaron de promotor de puertas giratorias, amigos del gran capital y protectores del diabólico monopolio eléctrico. Los resortes políticos y mediáticos- valga la redundancia-servían ración diaria en modo reportajes de calado social de decenas de testimonios sobre la pobreza energética augurando muerte segura a miles personas por el intolerable egoísmo de políticos alejados de su mayoría social. Avezados reporteros-poniendo voz a los más desfavorecidos- acercaban las alcachofas de sus micrófonos en prime time a los representantes de los partidos de la oposición y de las más variadas plataformas, sindicatos y colectivos defensores de lo público que sin anestesia culpaban a la derecha de condenar a la población a un duro invierno. Ahora, que la luz triplica el precio de aquellos días y que la oposición es gobierno, han desaparecido los testimonios de las familias pobres, las mareas están calmadas, las plataformas silban y nadie habla del insolidario efecto de la pobreza energética. Los reporteros de la tribu están desaparecidos o se han convertido en expertos analistas del mercado eléctrico que explican con detalle el lógico porqué de esta brutal subida. La otrora oposición-que proponía recetas de aplicación inmediata- calla o miente y no parece que a nadie le preocupe ya el próximo invierno. Por supuesto la culpa es de Europa, Putin, Rajoy y Franco, que no puede faltar en la ecuación. Las estrellas televisivas del sistema empujan desde sus programas a mantener este relato que evidencia el invierno de los resortes liberales. Merecido por acomplejados. La mayoría social mientras, poniendo lavadoras de madrugada.

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