Luis López Bellido. Catedrático e investigador en la Universidad de Córdoba

"El cambio climático es prioritario pero no más que la lucha contra el hambre"

  • Asegura que el "laboreo cero" es la clave en agricultura para lograr un secuestro de carbono permanente en el suelo. Dice que se puede conseguir una tonelada de CO2 por hectárea y año.

LUIS López Bellido es uno de los científicos andaluces que más ha trabajado e investigado sobre la relación del cambio climático y la agricultura. Catedrático en la Universidad de Córdoba, ha liderado varios proyectos de investigación sobre la conservación del suelo y sobre el secuestro de carbono y las formas de fijarlo a la tierra compensando las emisiones que propician el cambio climático.

-La presentación de su libro Agricultura, Cambio Climático y Secuestro de Carbono en Sevilla ha coincidido con la celebración de la cumbre de París. ¿Hay una preocupación ajustada al problema o se está minusvalorando?

-Existe una preocupación de los políticos, especialmente cuando se aproxima una reunión de este tipo, pues algo tienen que decir o proponer. También hay una preocupación de los científicos que trabajan en temas del clima y de los movimientos ecologistas. Los ciudadanos, en general, creo que tienen menos preocupación, pues conocen menos la realidad del asunto y además con frecuencia son confundidos por la abundancia de noticias de prensa al respecto, que generalmente tienen un carácter alarmista. Por supuesto que el cambio climático es un tema preocupante para la humanidad y hay que prestarle suficiente atención y buscar soluciones. No obstante, siendo un tema prioritario no es el más importante de los que tenemos, como la lucha contra el hambre, las enfermedades, la conservación de recursos como el suelo y el agua, que son escasos.

-¿Está afectando este cambio climático a los sistemas agro ganaderos? ¿Cómo lo hace?

-Sí, le está afectando y ello está siendo científicamente estudiado en los últimos años. Los cambios de clima más implicados en la agricultura son las altas temperaturas y las olas de calor, que afectan al crecimiento y desarrollo de los cultivos; los cambios en los modelos de precipitación que alteran el suministro de agua para los cultivos; y el incremento de dióxido de carbono atmosférico. El impacto potencial del cambio climático sobre la agricultura puede ser positivo (estaciones o ciclos de crecimiento más largos, nuevas oportunidades de cultivo; aumento de la fotosíntesis por el incremento del dióxido de carbono) y también negativo (períodos de déficit hídrico, menores oportunidades de cultivo en algunas regiones, cambios en la proporción entre plagas y enfermedades nativas y foráneas; mayor requerimiento de pesticidas y cambios en la calidad y composición de las producciones).

-Usted lleva buena parte de su carrera profesional trabajando en la búsqueda de manejos agrarios que pueden ayudar no sólo a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera sino de capturarlo y almacenarlo en el suelo. ¿Cuáles son?

-La clave es el manejo de suelos, practicando un laboreo de conservación y no retirando del suelo, en la medida de lo posible, los residuos de los cultivos e introduciendo diversidad de cultivos. Los suelos son la mayor reserva de carbono de los ecosistemas terrestres, aunque con la práctica de agricultura ha habido una perdida histórica de carbono que hay que recuperar.

-¿Se conoce la capacidad de captura de la agricultura?

-Según la FAO los suelos podrían capturar más del 10% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. La tasa potencial media de secuestro de carbono de las tierras de cultivo está en torno a 0.8 toneladas de carbono/ha/año. En nuestro experimento Malagón de la campiña de Córdoba tenemos un valor medio de secuestro, en 25 años, de alrededor de una tonelada de carbono/ha/año, con niveles más altos en el no laboreo frente al laboreo convencional.

-En cuanto a los manejos agrarios beneficiosos, ¿qué implantación tienen actualmente?

-Las prácticas de laboreo de conservación se están generalizando cada día más. El no laboreo está menos extendido, aunque existen cada vez más grupos activos que intercambian experiencias, y dominan mejor la técnica del laboreo cero, que es sin duda clave para el secuestro de carbono de forma permanente en el suelo.

-¿Hay problemas de transferencia de tecnología?

-Si hay problemas. No está bien articulada la transferencia de los resultados de investigaciones en este campo desde las Universidades y centros de investigación a las explotaciones y a los agricultores. Como se suele decir es una asignatura pendiente. Tenemos muchos ejemplos en este sentido: EEUU, Australia, Francia, etc.

-¿Qué líneas de investigación habría que potenciar ?

-Entre las prioridades de investigación habría que incluir el establecimiento de estrategias de adaptación y mitigación al cambio climático para el control de malas hierbas, plagas y enfermedades; la mejora de los sistemas de manejo de agua y tecnologías de programación de riego; explorar el potencial de la agricultura de conservación, apoyando redes de agricultores que adopten estas prácticas. En relación con el secuestro de carbono por el suelo, hay que profundizar en el estudio la capacidad de suelo de almacenar y retener carbono orgánico, en las propiedades y procesos de este carbono, y en la utilización y manejo del carbono del suelo.

-¿Es posible aumentar la producción para alimentar a una población en continuo crecimiento y no dañar al medio ambiente?

-Esta es una cuestión que actualmente está en el candelero. Algunos estudios recientes son pesimistas considerando el escenario del año 2050, con una previsible población de 9000 millones de personas, y con una necesidad alimentaria que se elevaría casi el doble de las actuales. Es la primera vez que esto sucede en la historia de la producción agrícola. Cabe esperar que las nuevas tecnologías y la aportación de la nueva mejora genética y de la biotecnología nos permitan incrementar los rendimientos de los cultivos.

-Usted defiende que el mantenimiento y posible incremento de las cantidades de carbono orgánico secuestrado por el suelo podría ser crítico. ¿Qué se debería hacer desde las administraciones públicas para potenciar que esto ocurra?

-No lo defiendo yo sólo, lo defienden numerosos científicos y agrónomos de todo el mundo. No tengo muy claro lo que deben hacer las administraciones, a la vista de experiencias pasadas. Las Administraciones, o mejor los hombres y mujeres que las dirigen, tiene que creer de verdad en la realidad concreta del cambio climático y las posibilidades reales de buscar soluciones; que son difíciles por los intereses que están en juego, especialmente la energía y los combustibles fósiles. Deberían hacer menos planteamientos maximalistas y dejar de hacer propuestas generalistas que no solucionan nada; informar mejor a los ciudadanos y destinar más fondos a la investigación en su conjunto.

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