El Bucanero hacía honor a su nombre. Quien lo bautizó así no pudo elegir mejor. O quizá ya estaba pensando a qué iba a dedicarse. Si no era un velero pirata al cien por cien, quienes controlaban su timón surcaban los mares con la clara intención de hacer negocio al margen de la ley: fue apresado con ochocientos kilos de cocaína. Ayer fueron descargados en el puerto de Cádiz por los agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria que lo interceptaron en medio del Atlántico, frente al archipiélago de las Azores, a 1.400 kilómetros de las costas españolas.

La droga, procedente de Sudamérica, embalada en cuarenta fardos, iba a ser distribuida por toda España. A su cargo, en el velero, estaba dos estonios, un serbio y un español que fueron detenidos en el abordaje de los agentes. La operación tuvo su alargue en el interior, donde fueron detenidos más miembros de la organización en localidades de la provincia de Cádiz y Málaga.

La trascendencia de los resultados de este varapalo al narcotráfico se visualizó en la presencia en Cádiz del secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, que se encargó de dar lustre a esta "arriesgada" operación policial en el mismo muelle de la zona franca de Cádiz. Martínez reveló que el dispositivo de vigilancia de esta organización dedicada al tráfico de droga entre Sudamérica y España se remonta a los años 2009 y 2010, cuando la Policía Nacional, la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera desarticularon una red afincada en Cádiz y Málaga que se dedicaba a introducir hachís a través de la costa andaluza.

La investigación desembocó en 2012 en pistas que condujeron a identificar a dos personas en Ronda (Málaga) que sostenían el entramado que preparaba el traslado a España de un alijo de cocaína en un velero: el Bucanero. Los agentes lo localizaron en Tebnerife, desde donde partiría hasta Sudamérica para cargar la droga y transportarla a España.