juan manuel moreno

EMPEZÓ nervioso, pero acabó controlando completamente la situación. El candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Andalucía consolidó en TVE el modelo de alternativa tranquila que ya avanzó hace una semana en Canal Sur. Sin entrar en las continuas interrupciones de Susana Díaz, el popular fue creciéndose a medida que avanzaba un cara a cara que volvió a demostrar que llevaba muy preparado. Ninguna salida de su contrincante logró sorprenderle y respondió con papeles a cuantas aseveraciones le planteaban. Atacó pronto con la corrupción, ya en el primer bloque, y sorprendió con la propuesta de retirar el aforamiento a los 109 parlamentarios autonómicos, idea que no fue contestada, y a la que sumó una comisión independiente de expertos que fiscalice la vida pública andaluza. Unido a ello, las continuas referencias a los excesos cometidos en el caso de los ERE -habló de cocaína, alcohol y prostitución e incluso mostró una imagen de Francisco Javier Guerrero- lograron desestabilizar a su oponente. Fiel a lo que ha venido denunciando durante toda la campaña, insistió en el talante soberbio y autoritario de Susana Díaz, a lo que ésta ayudó con constantes interrupciones que fueron censuradas tanto por el candidato de IU como por la presentadora del debate, María Casado. Frente a ello reiteró su apuesta por la humildad y la educación que ha convertido en bandera de esta carrera electoral. Moreno insistió en que su rival socialista piensa más en Madrid que en Andalucía y más en los intereses de su partido que en los de la comunidad cuando afora a ex consejeros imputados por irregularidades. En su mensaje final, sorprendió con el guiño de respeto hacia quienes no van a votarle y la llamada a los indecisos a la reflexión apuntaló el mensaje de presidente de todos que quiere transmitir para superar ideas preconcebidas. Las urnas dirán el domingo cuál es su futuro, pero anoche Juanma Moreno volvió a ganar el debate a Susana Díaz.