La aldaba
La resaca andaluza después de Navidad
Sabíamos perfectamente que la pandemia empeoraría tras las fiestas, pero dábamos por amortizados los nuevos contagios.
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En España ya hemos sufrido indicios
La democracia no se puede dar por hecha, hay que cuidarla a diario y saber hallar los indicios de populismo y virulencia.
La aldaba
Las estupideces del primer día del año
Hemos soportado todo tipo de mensajes, groseros y escatológicos, para despedir el año del coronavirus.
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Tengan cuidado... en el vagón del tren
Mientras ponemos trabas a los bares, los trenes van hacinados de pasajeros como si nada hubiera pasado desde marzo.
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¡Viva el Rey y el pavo trufado!
Mejor oír el mensaje del Rey encerrado en el baño, sin soportar los comentarios intrascendentes del personal.
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¡Andaluces, merendad!
Esta derecha ya no es un dóberman, sino un simpático perro salchicha. Todos a empapar las copas con dulces.
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Zancajo es el icono de cambio andaluz
Andalucía sólo tiene un problema para dejar el furgón de cola del desarrollo: un periodista. ¡Tequiyá!, que dicen en Cádiz.
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La desmesura de algunos hosteleros
Podemos comprender el sufrimiento, pero no la reacción de quienes rompen la baraja y carecen de una visión global.
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La franja horaria de los borrachos
Los bares tendrán que cerrar dos horas para reabrir por la noche. Se evita así el peligroso efecto de la sesión continua.
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Un ridículo para los agentes de la autoridad
A ver qué guardia civil da un alto para que le digan que van a cenar con un allegado y le cuenten una película de indios.