El fútbol se encargó ayer de elevar de nuevo a la categoría de sueño su clasificación para la fase de ascenso, algo que después de tres victorias consecutivas la Balona había transformado en objetivo. El Cartagena ganó en La Línea y distanció un poco más a los de Rafa Escobar de la zona VIP. Lo hizo en la forma en la que sólo está al alcance de los equipos buenos, dejando la sensación de que no necesitaba alardes, pero escenificando sobre el terreno de juego una clase magistral de disciplina táctica adornada con muchas dosis de calidad.

Pero al contrario de lo que sucedió en buena parte de los muchos contratiempos albinegros en casa de esta temporada, al equipo de La Línea no cabe reprenderle. Aquello de que cuando uno da lo que tiene... Si acaso, le faltó ese punto extra de intensidad, ese ir más allá de su verdadera realidad, que es la única forma que tiene de competir con equipos de esta envergadura. Pero no siempre es posible. Bueno, eso y el ataque de entrenador de Escobar, que no eligió el mejor día para hacer experimentos y regaló la 1ª mitad, mientras que Tevenet leyó mejor el partido.

Los locales no entendieron el cacao que montó su entrenador de inicio tratando de sorprender y no reaccionaron hasta la segunda mitad, cuando Escobar recompuso las líneas.

Hugo Díaz estrelló en el larguero lo que debió se el 1-0 (65') y Olmo (70') remató de cabeza fuera con todo a favor. Cuando más sufrían los visitantes llegó el 0-1 tras una falta innecesaria y un error defensivo.