El Inter derrotó al Milan en el derbi lombardo por 4-2 y facilitó el título de la Serie A italiana a la Juventus, que cumplió con su parte y ganó a domicilio al Cagliari (0-2), para recuperar, nueve años después, la hegemonía en la competición.

El cuadro que dirige Antonio Conte, el único de las grandes ligas aún invicto, echó el cierre a casi una década entre tinieblas, sin éxitos notables, con un escándalo a sus espaldas, el conocido como calciopoli (fraudes arbitrales en el fútbol italiano), que le supuso la retirada de sus dos últimos títulos (2004-2005 y 2005-2006) y el descenso a la Serie B El Juventus amarró el Scudetto con una jornada de antelación al cierre del torneo beneficiado por la dura pugna en el Giusseppe Meazza, donde el Inter, con la presencia europea en juego y el Milan, defensor del título, cerraron el choque con equilibrio.

El argentino Diego Milito y el sueco Zlatan Ibrahimovic tiraron de sus respectivos equipos. Milito abrió la cuenta tras recibir un balón de su compatriota Walter Samuel. Sin embargo, el acoso del Milan encontró su premio. Ibrahimovic aprovechó un penalti más que discutible de Julio César a Boateng para lograr el empate. El equipo de Massimiliano Allegri, aferrado a la corona que logró el año pasado y que no quería soltar, firmó por medio de Ibrahimovic un gran gol en la primera jugada de la segunda parte.

Pero un claro penalti en el área visitante volvió a instalar la igualada en el marcador. Diego Milito no falló. El mazazo final para el Milan fue en el minuto 76, cuando el argentino transformó un nuevo penalti por mano de Nesta, firmó un triplete histórico (desde los años 50 no lo lograba nadie en un derbi lombardo) y dio la vuelta a la situación. Un golazo del brasileño Maicon, que lanzó un zapatazo desde fuera del área, echó el cierre de forma espectacular al triunfo del Inter, que mantiene mínimas opciones de clasificarse para la Liga de Campeones.

Al mismo tiempo, en el estadio Nereo Rocco de Trieste, un recinto talismán para los juventinos, el cuadro de Antonio Conte sacaba adelante su compromiso frente el Cagliari, sin nada en juego, distanciado de los contratiempos. El montenegrino Mirko Vucinic, que aprovechó un centro de Leonardo Bonucci, puso el partido de cara a los seis minutos de juego. Pero no respiró tranquilo hasta el tramo final. A falta de un cuarto de hora, Michele Canini introdujo el balón en su propia portería, después de un pase del uruguayo Martín Cáceres.

El Juventus, con los deberes hechos, quedó solo pendiente del derbi de Milán. El que acabó por certificar el éxito en el curso del conjunto turinés, que en la última sesión festejará el triunfo con la visita del descendido Atalanta mientras el Milan recibirá al Novara en una sesión sin trascendencia en la pelea por el Scudetto, ya con dueño.

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