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fútbol tercera división

Vargas "No sé qué va a pasar conmigo ni si habrá refuerzos"

  • El técnico del XCD, directo: "Estoy cabreado, tengo que hablar con los dirigentes y la historia debe cambiar"

"No sé si van a llegar jugadores ni sé qué va a pasar conmigo porque llega un momento en el que estás un poco no quemado pero sí enfadado ante situaciones límite". Así de contundente se mostró Vicente Vargas, técnico xerecista, tras la derrota ante el Ciudad de Lucena de Chapín en el descuento. Además, no dudó a la hora de resaltar que "la semana de entrenamientos fue dura, lejos de Jerez, en campos que no se parecen a Chapín y luego tenemos que jugar aquí. Todo es complicadísimo y todos estamos cabreados y enfadados. Soy la persona con más fuerza de mundo y no me asusta la derrota ni que vayamos ahí en la clasificación pero sí me preocupa la situación, habrá que reforzar esto y cambiar las cosas porque así no podemos seguir, esta historia tiene que cambiar".

Igualmente, defendió a su plantilla. "A los jugadores no se les puede poner un pero, lo han dado todo y más y tener a estos futbolistas así no es lógico. El día de Reyes tuvimos que entrenar por la tarde fuera de Jerez y tenemos a futbolistas casados y con niños, la gente no está al día en sus compensaciones económicas y somos muy pocos. Es lógico que esté cabreado".

Es un palo gordo y toca seguir trabajando pero este encuentro no lo ganó el rival, lo perdimos nosotros"

El entrenador azulino cree que "si no se cumplen las condiciones que necesitamos tendré que hablar con los dirigentes. Mi grado de compromiso es máximo con el equipo y estoy aquí para trabajar, trabajar y trabajar y sería de cobarde decir me voy pero si es verdad que habrá que mejorar muchas cosas y a ver qué decidimos sobre todo esto".

Sobre el partido, Vargas explicó que "la primera parte ha sido bastante buena, en la que conseguimos un 2-0. Luego, en el segundo tiempo no estuvimos bien y el Ciudad de Lucena ha sido superior a nosotros".

A partir del minuto 50, el XCD mostró sus carencias físicas y lo poco que le conviene jugar en Chapín. El preparador azulino se mostró resignado. "No me gusta buscar excusas pero hay una cosa clara. No tenemos jugadores. Agu llevaba dos meses sin jugar, está lesionado y le hemos tenido que obligar a salir de inicio, Isra tampoco estaba bien, vomitó en el descanso y le obligamos a seguir un poquito, Paco Borrego tampoco ha podido jugar por un fiebre y vómitos, la lesión de Gonzalo nos trastocó muchísimo y por ahí nos llegaron los dos últimos goles. Lo tuvimos todo en contra y hay que tener en cuenta cómo entrena el equipo y que no pisa un campo de césped para tener que jugar aquí. Pese a todo, nos pusimos 2-0 pero no pudimos aguantar el ritmo. Los cambios obligados nos castigaron muchísimo, tuvimos que cambiar las líneas y el segundo tiempo fue un correcalles, ellos aprovecharon sus ocasiones y nosotros, no".

Un revés tan duro ante un rival directo, supone para el equipo "perder tres puntos y seguir trabajando. Es un palo gordo y eso es lo que le protestaba al árbitro. Dio cinco minutos de descuento y el gol de ellos llegó en el seis y medio y en el primer tiempo, Pedro controló un balón con todo a favor, había dado un minuto y el partido se acabó cuando siempre se suele dejar acabar la jugada y con esto no culpo al árbitro. De todos modos, no teníamos que haber llegado a esa jugada, si hay cinco minutos de descuento son cinco y no seis y medio, aunque también podíamos haber marcado nosotros. Hay que seguir trabajando pero cada vez es más complicado porque la plantilla es muy muy corta y además cometimos errores defensivos y en ataque, fallamos en las contras".

Al jerezano le gustó el rival: "Me parece un equipo que juega bastante bien al fútbol, que está acostumbrado a un campo grande aunque no sea de césped natural, y siempre te crea problemas. De todos modos, sin desmerecer al Ciudad de Lucena, este partido no lo han ganado ellos, lo hemos perdido nosotros".

Por último, subrayó que "en algunos momentos sentí impotencia en el banquillo porque tuve que hacer variaciones que no quería hacer pero me vi obligado por la falta de jugadores. A las once de la mañana tuve que citar a un juvenil por los problemas de Paco Borrego y no tenía gente para el centro del campo cuando lo teníamos ya fundido. Aguantamos como pudimos con los que teníamos, aunque también es cierto que en ataque perdimos muchos balones que no teníamos que haber perdido y eso nos condicionó a la hora de defender".

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