La derrota del CD Guadalcacín en Chiclana poniendo fin a 16 jornadas invicto puede que sea lo de menos. El colegiado del partido, Fernández Cano, expulsó al delantero centro Javi Tamayo por agresión a un contrario aunque en las filas del Guada juran y perjuran que el punta no tuvo arte ni arte en la acción que le costó la expulsión. El delantero se arriesga a una sanción de al menos cuatro partidos a tenor de lo que el colegiado redactó en el acta del partido del pasado domingo disputado en Chiclana. Según el árbitro, tras marcar el 2-1 se formó un tumulto entre varios jugadores y Tamayo golpeó con el puño cerrado a un contrario sin que éste precisara asistencia médica. Fernández Cano le mostró la cartulina roja a instancias de su linier, natural de la localidad chiclanera, según fuentes del club.

No quedó ahí la cosa, ya que según testigos presenciales, un miembro del cuerpo técnico del Chiclana golpeó al jugador guadalcacileño Álvaro cuando éste corría la banda para sustituir a un compañero. También se quejan en el club jerezano del lanzamiento de latas y de botes de humo por parte de la afición local que no fueron consignados en el acta arbitral. El CD Guadalcacín ha intentado hacerse con las imágenes del partido pero según avanzaron ayer no han encontrado colaboración alguna.

Ismael Pérez, técnico del líder de la categoría, no quería entrar a valorar la actuación arbitral "porque se va a pensar que ahora que hemos perdido un partido nos quejamos del árbitro" pero si accedió a dar su versión de la jugada que le costó la roja a Tamayo: "Javi marcó el 2-1 y en esa misma jugada el línea dice que le ha dado un manotazo a un contrario, cosa que es imposible porque había marcado el gol y estaba en la otra parte del campo. Piñero, al intentar coger el balón, tiene un rifirrafe con el portero, lo típico, se empujan, se forma una tángana y el línea dice que el nueve nuestro le da un manotazo a un contrario". "Temía que este tipo de situaciones ocurriese porque tengo la experiencia de otros años; estábamos intentando controlar a la gente en este sentido porque cualquier tángana te fastidia a un par de futbolistas para cuatro o cinco partidos y ha llegado de esta forma injustificada".

Al técnico le preocupa las secuelas que puede acarrear una acción de estas características: "Me preocupa los cuatro o cinco partidos que le pueden caer porque además Juanma Marchante se tuvo que ir lesionado y vamos a ver cómo evoluciona. Recibió un golpe por la espalda, el partido siguió, no echaron el balón fuera y el chaval se quedó sin respiración y lo tuvimos que sacar en camilla".

En cuanto a la derrota, señala que "sabíamos que era un campo difícil. El Chiclana en su casa estaba goleando a casi todo el mundo, tiene un grandísimo equipo y lo raro es por qué no está rindiendo fuera de casa. No nos queda otra que seguir trabajando". Del partido dice que "tuvimos buenas ocasiones en la primera mitad pero en la segunda salimos mal los primeros minutos. Nos hicieron un gol muy rápido y en el segundo Lebrón no estuvo afortunado. Luego lo intentamos, Javi hizo el 2-1 pero nos quedamos con 10, mandamos a Diego arriba para colgar balones pero no pudo ser".

Ismael espera que la derrota no deje secuelas porque "siempre se crean dudas" aunque advirtió de que "al término del partido los chavales ya se estaban animando unos a otros y en ese sentido estamos tranquilos porque sabemos que van a responder".

A estas alturas de campeonato, el preparador del Guadalcacín empieza a hacer números, un poco como todos: "Lo que miro es ir consiguiendo puntos. Miras la clasificación y ves que el año pasado La Palma terminó primero con 70 puntos y dos partidos más. Así que más o menos sabemos que entre 66 y 70 puede estar el campeonato. Tenemos 48 y quedan 33 puntos en juego. Nuestra mentalidad es conseguir esos puntos independientemente de dónde se logren. Pero ya sabemos cómo es esto, haces cuentas y después es el cuento de la lechera. No quiero marear a los futbolistas aunque como técnico evidentemente lo tengo en cuenta".