Andalucía no sólo atrae a millones de turistas cada año por sus playas, sus monumentos o su naturaleza. Una actividad fundamental, de las que se quedan para siempre en la retina de los viajeros, es la gastronomía. Parece pasar inadvertida ante los grandes segmentos turísticos pero hay que señalar que 400.000 personas al año eligen Andalucía como destino turístico sólo por su comida y sus vinos, siendo en su mayoría alemanes, franceses, italianos y norteamericanos. Además, los más de 25 millones de turistas que visitan la comunidad anualmente dedican casi la mitad de su gasto precisamente a restauración, compra de alimentos y bebidas, el doble que lo que destinan a alojamiento.

Estos datos fueron aportados anoche por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, en un encuentro gastronómico que tuvo lugar en el Casino de Madrid y al que acudieron medio centenar de touroperadores y expertos en gastronomía de medios de comunicación nacionales e internacionales.

El objetivo no era otro que, en el día previo al comienzo de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que hoy arranca en Madrid, hacer ver la importancia gastronómica de la región y el ingente esfuerzo que están haciendo los profesionales en este segmento por hacerse un hueco en el mercado nacional e internacional. De hecho, en el encuentro participaron tres chefs andaluces que tienen la estrella Michelín en su establecimiento -Julio Fernández del restaurante Abantal en Sevilla, Diego del Río de El Lago en Marbella, y Pedro Berrogui de La Costa en El Ejido (Almería)- que, a su vez, estuvieron acompañados por otros restauradores que representaron a todas las provincias andaluzas.

El menú elegido para la ocasión fue apropiado ya que intentó combinar algunos productos tradicionales andaluces con la cocina de vanguardia. Cada uno de los tres chefs andaluces prepararon un primero y un segundo. Julio Fernández apostó por las Navajas cocidas con velo de aceite de oliva virgen extra y brotes tiernos de acelgas de primero y Papada de ibérico con milhojas de orejones y manzanas. Diego del Río prefirió el Huevo pasado por agua con chipirones y hongos, seguido de Crema de chirimoya con merengue seco, sorbete de coco y piel de limón. Por último, Pedro Berrogui hizo Róbalo salvaje con esencias de mar y crujiente de migas y Manzana asada con crema de queso y helado de miel de caña. Todo regado con vinos de Málaga, Cádiz, Córdoba y Brandy Gran Reserva de Jerez.

Tras unas palabras de los cocineros, Chaves dio un pequeño discurso a los asistentes en el que destacó que "el comer, esta necesidad convertida en placer, es también motor de nuestro desarrollo y una oportunidad para ser más apreciados en el mercado internacional". Hizo hincapié en su sinergia con otros segmentos económicos como el comercio o la artesanía y aseguró que la marca Calidad Certificada ya agrupa a más de 1.400 productos andaluces.

Chaves, que estuvo acompañado por el consejero de Turismo, Comercio y Deporte, Luciano Alonso, afirmó que el sector agroalimentario andaluz "ha experimentado un crecimiento constante y sostenido en los últimos años que le ha permitido alcanzar los estándares de calidad y niveles de internacionalización necesarios para competir con los mejores del mundo y ocupar, hoy sí, un destacad lugar en los mercados internacionales".

La gastronomía es otro activo turístico y cultural y como tal hay que tratarlo, para cuidar a ese casi medio millón de personas que llegan a Andalucía atraídos por el olor de las cocinas y a los millones de turistas potenciales que aprecian el buen comer. Ayer la Junta de Andalucía dio un importante paso.