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Pablo Parra Membrives. Cirujano y coordinador de la formación nacional en Ecografía Hepática Intraoperatoria

"La cirugía suele ser una especialidad que o se ama o se aborrece"

Pablo Parra Membrives, jefe del servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario de Valme de Sevilla.

Pablo Parra Membrives, jefe del servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario de Valme de Sevilla. / M. G.

Para Pablo Parra Membrives la cirugía es "más que una profesión" y como buen profeta de aquello a lo que siempre quiso dedicarse, el jefe del servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital de Valme (Sevilla) suma ya cinco ediciones coordinando, junto a su homólogo en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, un curso de formación nacional en Ecografía Hepática Intraoperatoria. Por sus manos han pasado en el centro sevillano más de un centenar de cirujanos de toda España que se han instruido en esta técnica gracias a la destreza y sabiduría del que asegura sentirse un "afortunado" cada vez que entra en quirófano.

- El Hospital de Valme ha cumplido cinco años formando desde Andalucía a cirujanos de toda España en Ecografía Hepática Intraoperatoria, ¿cómo ha visto evolucionar esta técnica?

- Hemos comprobado, con gran satisfacción por nuestra parte, que existe un creciente interés por aprender más sobre la técnica. Hemos recibido en estos años más de 120 alumnos entre las dos sedes del curso (Valme y el Hospital Miguel Servet de Zaragoza) y la mayoría se sorprende mucho al ver cómo se le puede sacar mucho más partido a esta técnica del que pensaban o del que estaban acostumbrados.

- ¿Para qué se usa la Ecografía Hepática Intraoperatoria?

- La ecografía intraoperatoria sirve de guía al cirujano durante la cirugía hepática. Lo que los alumnos vienen a comprobar es que no sólo es útil para la detección de lesiones no conocidas durante las pruebas preoperatorias, como muchos creían, sino que ayuda el cirujano a lo largo de toda la cirugía localizando estructuras anatómicas, guiando las líneas de la resección hepática, comprobando márgenes oncológicos adecuados o evidenciando viabilidad de segmentos de hígado al determinar, por ejemplo, un riego sanguíneo adecuado. La ecografía permite ver dentro del hígado durante la operación, lo que no podemos ver sólo con nuestros ojos.

- Los cirujanos tienden cada vez más a realizar intervenciones mínimamente invasivas. ¿Qué ventajas aporta?

- Cualquier cirugía supone una agresión para el paciente, aunque su fin sea luchar contra la enfermedad. Los cirujanos intentamos minimizar esta agresión con los avances técnicos existentes, que también han llegado a la cirugía hepática. Se tiende a realizar cada vez más procedimientos por cirugía laparoscópica o actualmente robótica, cuya recuperación postoperatoria es significativamente mejor y más rápida. También en estos abordajes la ecografía intraoperatoria tiene su papel, incluso con mayor relevancia si cabe. El no poder abordar el hígado directamente con la mano para palparlo y movilizarlo, como estábamos acostumbrados en cirugía abierta, hace que esa ayuda a la ubicación de lesiones y al reconocimiento de la anatomía intrahepática que ofrece la ecografía intraoperatoria laparoscópica tenga aquí una especial importancia

- ¿Es una cirugía sencilla y cómoda para el paciente?

- La cirugía hepática en sí abarca un gran número de procedimientos que van desde algunos relativamente sencillos hasta los sumamente complejos y desafiantes. Lo que la ecografía intraoperatoria ofrece es dar mayor seguridad al cirujano en la planificación y la ejecución de dicha cirugía. Supone salir con un GPS por una carretera que no se conoce del todo porque cada paciente es diferente. Mientras mejor manejo se tiene del ecógrafo, más se contribuye a una cirugía más segura.

- ¿Cómo se han reducido los riesgos en la sala de intervención en los últimos años?

- Hemo tenido la suerte de haber vivido muchos avances que han supuesto un gran cambio en las últimas décadas. La presencia de personal muy cualificado y especializado, la participación de equipos multidisciplinares a lo largo de todo el proceso de atención del paciente, la experiencia ganada a través de muchos años en técnicas quirúrgicas, técnicas anestésicas y de reanimación postoperatoria, además del desarrollo tecnológico de los últimos tiempos. Todo ello ha hecho que nuestros pacientes tengan más garantías, obtengan más beneficios y se recuperen más rápido. Cada vez existe una mejor preparación y mayor control sobre el procedimiento quirúrgico. Me gusta decirle a mis pacientes que no hay que tener miedo a una cirugía. Respeto sí. No banalizarla nunca. Pero no miedo

- ¿Qué es ser cirujano? ¿Cómo ha vivido su trabajo?

- Para mí representa algo más que una profesión. Supone tener la suerte de dedicarme a lo que siempre quise. Soy consciente de que no todo el mundo dispone de esa fortuna. Representa una actividad que exige mucho de ti como persona. No sólo en tiempo y horas de trabajo, dentro y fuera del hospital, sino a nivel de implicación emocional con el paciente, difícil de entender desde fuera. Exige un gran autocontrol, un gran encaje para sufrir contratiempos y tomar decisiones muy rápidas. La ausencia de rutina y la existencia de desafíos constantes, a veces inesperados. Saber que tras cada éxito o fracaso lo que hay detrás es una persona que depende de uno, que sufre y que tiene una gran esperanza puesta en ti. Es una pesada carga y a la vez una gran recompensa.

Le contaré una anécdota. Hace mucho tiempo intervine a una paciente de un tumor de páncreas. Presentó un postoperatorio complejo que me exigió mucho, incluido comenzar el día de año nuevo a pie de cama intentando solucionar complicaciones. Tras el alta y su debido seguimiento, le perdimos la pista entre otros tantos pacientes que seguí atendiendo. A los 10 años recibí un día una carta del hijo de la paciente en la que me narraba como había transcurrido la vida de su madre y como toda su familia había podido disfrutar de ella en infinidad de momentos entrañables. La carta comenzaba diciendo que había resuelto escribirme por que sentía una deuda y que ya era hora de darme las gracias por todos esos instantes vividos en familia. Son esos los momentos que a uno le llegan muy adentro y por los que merece la pena venir cada día a dar lo mejor de uno mismo en esta profesión.

- ¿Hay asimetría tecnológica entre hospitales de la sanidad andaluza?

- Existe, en general, una gran dotación tecnológica en los hospitales andaluces. Sin ir más lejos, fuimos el primer hospital de España en disponer del ecógrafo de alta gama y última generación con el que enseñamos a los cirujanos en el curso. Aun así, hay que ser conscientes de que la tecnología punta tiene un elevado coste de adquisición y mantenimiento. La velocidad con la que aparecen los avances tiene como contrapartida la rapidez de la obsolescencia. Siempre hay espacios de mejora. En este sentido, tenemos por delante el reto de la incorporación de la cirugía robótica a todos los hospitales.

- ¿Es la cirugía una disciplina atractiva para los médicos?

- La cirugía suele ser una especialidad que o se ama o se aborrece. Probablemente por ser muy vocacional y exigir mucho personalmente. A nivel mental, a nivel de horas de dedicación e incluso físicamente, realizando a veces un esfuerzo importante en intervenciones, de pie y en ambiente de gran concentración, de muchas horas sin descanso. En la facultad de Medicina, donde doy clases, pregunto cada año, al comenzar el cuarto curso, quién tiene pensado especializarse en cirugía al acabar la carrera. Generalmente no levantan la mano más de uno o dos. No obstante, los que finalmente se dedican a la profesión tienen muy clara su decisión desde hace mucho y la mantienen a lo largo de los años.

- ¿Qué deberían tener en cuenta las nuevas hornadas de cirujanos?

- Que es una profesión viva. Cambiante. Muchos de los procedimientos que realizo hoy día, no estaban disponibles cuando comencé mi carrera. Que no deben perder nunca la perspectiva de qué es lo primero, qué necesita de nosotros la persona que atendemos. Qué problema de salud tiene que yo pueda intentar solucionar. Que no hay mayor responsabilidad que el que una persona te confíe su vida, en un momento en que es sumamente vulnerable, dormido en una mesa de quirófano. Que cada persona se merece que tú estés lo suficientemente preparado para que puedas ofrecerle la mejor atención existente y que procuren que nunca este en su "debe" el que la reciba.

- ¿Cuáles son los retos de futuro de su especialidad?

- Yo resaltaría dos cuestiones. La primera afecta a la incorporación tecnológica de la cirugía robótica, que sin duda va a conllevar una transformación muy importante de la profesión, de forma que muchas de las intervenciones que realizamos hoy día serán diferentes en 10 años. La segunda supone un cambio de paradigma en la formación de los nuevos cirujanos. Me refiero a la estandarización y al desarrollo de la simulación en cirugía. Cada vez hay más técnicas que se practican en simuladores para alcanzar destreza antes de realizarla en pacientes. Este concepto, que nos puede parecer de Perogrullo, no está suficientemente desarrollado en la cirugía y experimentará un crecimiento muy importante en los próximos años hasta hacerse obligatorio. Nosotros aportamos nuestro grano de arena iniciando la enseñanza de la ecografía intraoperatoria en simuladores.

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