AUNQUE con algunas modificaciones, el mapa político que dibuja el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la intención de voto de los españoles para las próximas elecciones, que se dio a conocer ayer, es sutancialmente igual a los resultados reales de los comicios del pasado 20 de diciembre. Pese a que desciende apenas 1,3 puntos, el PP sigue siendo claramente el partido favorito de los ciudadanos; el PSOE mejora algo para continuar en la segunda posición, y son Podemos y Ciudadanos los que registran mayores variaciones, aunque se mantienen en la tercera y cuarta posición, respectivamente. En general, los votantes siguen negándose a dar una mayoría clara a ninguno de los partidos, por lo que tendrán que seguir esforzándose en buscar pactos para lograr formar, al fin, un Gobierno con el que encarar los difíciles problemas internos y externos que tiene el país.

Una de las primeras conclusiones que se sacan al analizar el barómetro es que el PP, pese a la pasividad demostrada en los últimos tiempos, los recortes sociales durante su gestión y los problemas de corrupción en los que está envuelto, sigue demostrando una sólida base electoral. Aunque se detectan algunas pequeñas fugas a Ciudadanos, el votante de centro-derecha lo sigue considerando como su partido de referencia. Esto vuelve a reforzar la necesidad de que el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, desista de su absurdo y dañino veto al PP y contemple, aunque sea sólo como una posibilidad, la idea de que el gran pacto sigue siendo unas de las fórmulas para salir del atolladero en el que estamos metidos.

Por su parte, el PSOE recibe un pequeño premio por los malogrados esfuerzos de Sánchez para formar gobierno, aunque es del todo insuficiente. De hecho, aunque su enemigo por la izquierda, Podemos, es el partido que más intención de voto pierde con una bajada de tres puntos, con este barómetro del CIS no se puede descartar la posibilidad del temido sorpasso si consuma, como todo indica que hará, un pacto con IU y partidos afines en las autonomías. Por su parte. Ciudadanos consigue también algún premio por sus esfuerzos para convertirse en el centro negociador. Parece claro que cualquier solución de Gobierno pasará por sus manos.

Por tanto, podemos decir que España sigue inmersa en su laberinto y, por lo que refleja el barómetro CIS, hará falta que los políticos estén a la altura en los próximos tiempos. No podemos permitirnos más dudas y especulaciones.