Elecciones

El deseado voto del socialista indeciso

  • El votante más fiel del PSOE en Andalucía es mayor de 65 años, sin apenas estudios y vive en zonas rurales

Ciudadanos y Podemos se han lanzado en el arranque de campaña a quitarle todos los votos posibles al PSOE. Para tener éxito en esa estrategia hay que conocer quién es el votante del PSOE, cuáles son los fieles y cuáles los indecisos. Descartar a los fieles y seducir a los indecisos. Tras las pasadas elecciones andaluzas el CIS realizó un completo estudio de los perfiles del electorado. El retrato del votante socialista arrojó todos los clichés conocidos, pero el estudio sociológico le puso números a los clichés, que se resumen en que el socialista socialista, inamovible, tiene más de 65 años, apenas estudios y vive en un pueblo de menos de 10.000 habitantes. Los guiños que Podemos hizo a los andaluces y al mundo rural en las autonómicas le sirvieron de poco y, al final, sus quince parlamentarios salieron de los votos urbanos de ciudades con más de 100.000 habitantes emitidos por jóvenes entre 25 y 35 años con estudios universitarios. Por su parte, Ciudadanos tenía tirón entre los mayores de 35 y menores de 45, con el bachillerato terminado y en ciudades de más de 400.000 habitantes.

En los nichos de votos socialistas sus porcentajes fueron insignificantes. Los dos partidos emergentes no llegaban al 5% frente al casi 50% del PSOE entre los mayores de 65 años y eso no es poca cosa porque hay más de 700.000 andaluces censados con edades entre 65 y 75 años.

Algo mejor se defendió Podemos, con casi un 12% por más del 40% del PSOE, en los pueblos pequeños, pero Ciudadanos ahí seguía sin alcanzar el 5%. Y entre los votantes sin estudios, donde el PSOE consigue el 60% de los votos, Podemos no llega al 3% y el estudio del CIS afirma que absolutamente nadie sin estudios votó a Ciudadanos.

Por tanto, donde pueden pelear votos es en zonas sociológicas donde se produzca una mayor igualdad. En las andaluzas, Podemos fue el partido más votado, por delante del PP, entre el electorado con estudios superiores, por lo que un mensaje algo más elaborado y con guiños intelectuales no hace daño, algo que rara vez utiliza el PSOE, que apela mucho más a la emotividad. Las distancias entre uno y otro se iguala más en ciudades medias, de 50 a 100.000 habitantes, donde la diferencia entre los nuevos partidos y el PSOE no alcanzó en las andaluzas los diez puntos. La provincia de Cádiz, por ejemplo, cuenta con un buen número de estas localidades y ahí podría darse una batalla para rascar diputados no detectados por las encuestas. De hecho, Ciudadanos presenta en Cádiz a un abogado de San Fernando y Podemos a una periodista de El Puerto, localidades que se ajustan a esa fotografía demográfica.

Por edad, la batalla está entre los nuevos votantes, que en las generales en Andalucía son más de 86.000, y una amplia horquilla de algo más de dos millones de electores que van desde los 25 a los 45 años, pero hay que contar que un 40% de ellos no culminó la educación secundaria. En cualquier caso, ahí el PSOE, en la región que es su principal granero, puede sufrir. Y esta batalla se libra en las redes, donde los dos partidos nuevos sacan varias cabezas a los socialistas.

Podemos lo tiene mejor para esquilmar el caladero socialista, ya que un 63% de los votantes del PSOE se consideran de izquierdas, mientras que sólo un 29% se considera de centro izquierda, que sería el lugar ideológico donde Ciudadanos podría llegar a seducir al electorado socialista.

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