-Ha dicho que no habrá más subidas de sueldos en las empresas públicas por encima del IPC. Se expone a acabar con la paz laboral.

-Lo normal es que los trabajadores pidan más de lo que cobran. El problema es que, en nombre de la empresa, negocie alguien que en vez de patronal se siente sindicato y no defienda los intereses generales. Las empresas municipales son de todos los cordobeses no de quien trabaja en ellas. Se debe buscar el mejor servicio posible a la ciudad con el coste más ajustado. No quiero que se explote a nadie pero tampoco que se abuse. He hablado con muchos de estos trabajadores: entienden que estamos en un momento difícil, tienen familiares y amigos en el paro. En estas circunstancias no se puede subir el IPC más el 2,5%. Sadeco no ha sufrido la crisis, tiene más ingresos por la subida de la tasa de basuras pero da peores cifras. La culpa no es de los trabajadores, los entiendo. Es de la gestión del actual gobierno municipal. No voy a despedir a nadie ni a recortar derechos sociales. Habrá que sentarse con los representantes sindicales y plantearnos la situación. El Ayuntamiento transfiere 46 millones al año a las empresas municipales para todos los servicios. 25 de esos 46 millones cubren el déficit estructural de Aucorsa, Sadeco y Emacsa. Planteamos que Emacsa cubra las pérdidas de Aucorsa y que Sadeco equilibre sus cuentas. Sumados los tres millones que se reducirán en personal de confianza y siete millones en mejora de gestión de compras, tendríamos fondos para el centro de congresos. No se puede tirar con pólvora del rey.

-Una constante de la izquierda es que usted las privatizará.

-El PP no piensa por sistema que una empresa pública es buena ni una privada es mala. IU y PSOE, sí. Depende de la gestión. La diferencia es que si una empresa pública pierde dinero, lo pagan todos los ciudadanos. Planteamos que la gestión sea eficiente, buena. Nunca voy a plantear la privatización de una empresa municipal sin haberlo defendido antes en una campaña electoral. Sería deshonesto. Ese debate se tiene que ganar en las urnas, plantearlo abiertamente. Si quisiéramos privatizar ahora habría que malvender, como un coche lleno de abolladuras. Toca demostrar que son empresas que pueden dar buenos resultados, que son eficaces con un gran servicio y de manera eficiente. En el futuro, habrá que abrir el debate del capital privado, en minoría o no. Con las pequeñas empresas habrá que reordenarlo, acabar con los reinos de taifas del bipartito, que ha sido muy ineficiente.

-¿Está dispuesto a tocar los sueldos de la corporación? ¿Cuántos concejales deben liberarse?

-El problema del capítulo de personal no son los concejales. Hay 130 personas en la institución que cobran más que el alcalde y más de 400 que cobran más que un concejal sin dedicación, seguro que cualificados y con prestigio. Pero tienen menos responsabilidad que cualquier concejal. No podemos plantear que la política en Córdoba sea un hobby. Nos han criticado que no estuviéramos en la inauguración del muro de la memoria. Tenemos siete liberados, cinco estaban en comisiones informativas y los dos restantes no podían cambiar la agenda. De ganar, podríamos hacer lo que ha hecho IU: dejar igual el gobierno y quitarme de encima a la oposición. Eso es cómodo. Pero si queremos que la política sea una labor razonable y digna, necesitamos que haya personas que se dediquen a eso, que estudien los expedientes, que estén encima de los temas. Si soy alcalde, no habrá venganzas. La oposición estará igual que ahora estamos nosotros. No es normal que un asesor del alcalde cobre más que éste o que se cuestione el sueldo de los concejales y no se diga que Ocaña tiene 13 asesores directos. Con el PP, la oposición tendrá un mínimo: el que nos han dejado a nosotros.

-Palabrita del niño Jesús que no cambiará el discurso con una mayoría absoluta.

-Palabrita del niño Jesus. Está grabado. Voy a mantener el mismo tratamiento que hemos recibido. Ni se puede ser generoso con el dinero de otros ni pasar facturas. El dinero no es del partido que gobierna sino de todos los ciudadanos. El alcalde de Granada me dijo que yo sería candidato del PP hasta las elecciones. Después, sería el alcalde de todos. La oposición es necesaria en una administración, que sepamos del memento mori, que somos mortales, que alguien nos va a decir en el Pleno que hay cosas que no se hacen. Cuando no hay oposición, hay dictadura.

-¿Recortaría servicios públicos como consecuencia de su política de austeridad?

-No. IU y PSOE han estado centrados en el mensaje del miedo a la derecha, que habrá paro, que el tráfico funcionará peor. Mire, no vamos a privatizar empresas públicas. No hay nadie que tenga dinero para pagar Emacsa, Sadeco o Aucorsa. Rosa Aguilar nos dijo que el 49% de Emacsa vale 130 millones de euros y movilizar ese dinero no está al alcance de nadie ahora. Y esa empresa vale más. El discurso de que si gana el PP a los viejecitos de Córdoba les van a pegar ya no vale. No vamos a privatizar, no vamos recortar en política social, apostamos por la Capitalidad. El discurso de IU ya no cuela. Después de haber visto a Zapatero, el del PSOE no es creíble.

-Ustedes usan la palabra cambio pero quiero que diga que es lo que no está dispuesto a cambiar de usted mismo si es alcalde.

-Me da miedo porque es algo que no se controla. No quiero que me cambie nada. Hace cuatro años, el discurso era que o ganaba o me iba. Soy el único que sigue de las elecciones de 2007. No quiero que cambie ni el comportamiento con mi familia, ni con mis compañeros ni con los ciudadanos. El pasado Martes Santo pasado estuve con mi mujer y mis hijos en el Patio de los Naranjos de la Mezquita. Me preguntó si en 2012 podríamos estar allí igual. Espero que sí. Quiero que esta ciudad se quite de la cabeza la imagen del alcalde estrella. El alcalde es un gestor que ordena cobros y pagos, que busca un entorno adecuado para que la ciudad avance. Eso es lo que quiero, que los protagonistas del cambio seamos todos. Que la Capitalidad sea de las personas de la cultura en vez de la foto perramente del alcalde. Que los éxitos del deporte sean de las personas que trabajan en ese ámbito. Córdoba necesita un cambio tranquilo, abandonar la gestión desde el partido, que es algo negativo. Conseguir que el alcalde sea de Córdoba y no sólo de los que le han votado. Me encantaría que abandonásemos prácticas muy malas que han tenido unos protagonistas muy determinados que todos tenemos en la retina. La misma foto en el Ayuntamiento, en entidades financieras, que a la larga nos han dejado con el estadio a medio hacer, con 42.000 desempleados. No quiero que me cambie la Alcaldía sino cambiar la ciudad a través de su gobierno. Pero siendo como soy.