Patrimonio

"Clausura y visitas son compatibles; es cuestión de voluntad"

Manuel Romero Bejarano posa en las puertas de la Cartuja jerezana.

Manuel Romero Bejarano posa en las puertas de la Cartuja jerezana. / Vanesa Lobo (Jerez)

Invitación a la conferencia. Invitación a la conferencia.

Invitación a la conferencia.

El doctor en Historia del Arte Manuel Romero Bejarano ofrecerá este martes, 18 de abril, a las 19,30 horas, en la sede del Ateneo de Jerez (San Cristóbal, 8), la conferencia 'La Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión. Un problema en el patrimonio de Jerez'.

El investigador hará "un recorrido histórico-artístico del monumento jerezano, con imágenes, y hablará además de la situación actual, de los cambios que ha habido y de las visitas que no se pueden hacer". Al respecto, el autor pondrá ejemplos de otros conventos de clausura que sí son visitables, como la iglesia de la calle Barja (Jerez), los tres conventos de clausura de El Puerto, la Cartuja de Miraflores (Burgos), el Monasterio de las Huelgas (Burgos), Santa Clara de Tordesillas, Santa Paula de Sevilla, etc., clausuras algunas de ellas anteriores al siglo XV. Así que, "una clausura es visitable si se quiere. Es cuestión de voluntad". "Además -añade Manuel- estas visitas ayudan a la conservación y, algo más importante todavía, la gente sería consciente del valor de ese patrimonio y las apoyaría cuando piden dinero para la restauración. Si no se conoce lo que hay dentro, ¿por qué voy a darles dinero?". 

En cuanto al subtítulo, 'Un problema en el patrimonio de Jerez', Romero cree que lo de la Cartuja es un problema de gestión. Entiende que al Obispado, "no le interesa perder la presencia de las monjas en la Cartuja, teniendo en cuenta que cada vez cierran más conventos, pero lo grave es ¿por qué la Administración, desde la crisis de 2008, lleva haciendo dejación absoluta de su responsabilidad con el patrimonio histórico? Como ellos han decidido invertir cero euros en conservación de patrimonio pues temen que se vayan las monjas porque al ser propiedad pública, tendrían que restaurarlo ellos. Y en este caso, es la Junta, que tiene transferidas las competencias desde el Ministerio de Hacienda, que es el propietario de monasterio". 

"Creo que estas monjas (las hermanas de Belén) no son de clausura, aunque ellas lo digan, o al menos es una clausura a su modo. Y es que ellas salen y entran cuando quieren y en la Cartuja entran y salen quienes ellas quieren. En la misa, por ejemplo, salen a darle la paz a la gente. Las monjas de la calle Barja no hacen eso. Clausura, clausura... no es. Porque la teoría de que las clausuras no se pueden visitar digamos que no es así, clausura y visitas son compatibles. La Ley de Patrimonio dice una cosa y hay que cumplirla, hay que permitir las visitas", asegura. 

El historiador destaca que, además de la vida de las monjas, lo más desconocido por los ciudadanos "es el claustrillo de la Cartuja, con el refectorio y el capítulo de los legos. Y de la Cartuja, se han escrito libros, pero todavía no hay publicado un estudio a fondo sobre la misma". 

Con los cartujos, que estuvieron en el monasterio desde 1948 hasta el año 2000, "las visitas también estaban muy restringidas: una hora a la semana y sólo a los hombres. Pero los investigadores sí tenían las puertas abiertas". 

La entrada a esta conferencia será libre hasta completar aforo y también se podrá ver a través del Canal Zoom del Ateneo en: ateneodejerez.es.

Un poco de historia

La Cartuja se funda en 1477 por iniciativa del caballero Álvaro Obertos de Valeto, un noble jerezano que dona todos sus bienes para su fundación. Una dotación fundacional grandísima, compuesta de terrenos y casas, que permite que el monasterio fuera muy rico y que eso se tradujera en patrimonio, como los claustros que construyeron y las obras de arte que contrataron.

El primer periodo de destrucción llega con la invasión francesa, en 1810, que lo toman como cuartel. El segundo sería con la desamortización de Mendizábal, que se queda en propiedad del Estado pero técnicamente abandonada. Se pierden muchas obras de arte y se inicia su ruina.

En 1876 se instala el Ejército con el depósito de caballos padre, lo que permite su recuperación y una vigilancia del edificio. En 1948 regresan los cartujos e invirtieron mucho en el monasterio. "Entre las razones de su marcha en el año 2000 estaban la falta de vocación (que fue la oficial), la presión para la apertura de las visitas a las mujeres, y que al estar cedido al Ministerio de Hacienda las inversiones que estaban haciendo no les beneficiaba a ellos, sino que era para un edificio que es propiedad de otro. En su lugar llegan las hermanas de Belén". 

"Creo que no es el mejor sitio para vivir ni por espíritu de culto y ni por el edificio en sí, deteriorado e incómodo, y el frío que no hará allí. Esta comunidad debería irse a otro sitio más pequeño, más cómodo para ellas y más barato de mantener. No es el lugar". 

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