Alfonso Dastis es embajador de España en La Haya desde agosto del 2004 y señala que el camino “para llegar a ser embajador depende en gran medida del trabajo personal de cada uno, pero también depende algo de la suerte y de las circunstancias del momento y mi caso creo que es un claro ejemplo”.

“Yo he dedicado –apunta– gran parte de mi carrera a los asuntos europeos y en los últimos tiempos había dirigido la preparación y organización de la Presidencia Española de la Unión Europea, en el primer semestre del 2002, y posteriormente había sido nombrado Secretario General de Asuntos Europeos en el Ministerio de Asuntos Exteriores”.

La llegada al gobierno del partido socialista, tras las elecciones del 2004, condujo a un cambio en la cúpula del Ministerio y el gobierno le ofreció a Dastis esta embajada que aceptó encantado. Alfonso señala que Los Países Bajos, u Holanda, como frecuentemente se le conoce, “es un país importante para España con el que nuestras relaciones económicas,políticas, culturales y de todo tipo son muy intensas, eso hacía el puesto muy atractivo.

Además, este país atraviesa una situación política compleja en los últimos años que lo hace particularmente interesante de observar”. Pero además de esto, el puesto de embajador en La Haya “tiene la ventaja de combinar la relación bilateral entre nuestros dos países, un aspecto multilateral que a mí me es particularmente grato”, subraya Dastis.

Las funciones de Alfonso son muy variadas y se podrían sintetizar en representar a España ante el país anfitrión y en su caso, las Organizaciones Internacionales y defender sus intereses y los de sus ciudadanos, ciudadanos a los que también trata de defender y ayudar tanto si experimentan alguna dificultad como en el curso de sus negocios o actividades en este país.

“Holanda –destaca Dastis– a estos efectos, es un destino muy gratificante porque los contactos humanos entre nuestros dos países son muy intensos en lo económico pero también en lo turístico y en lo cultural. Aquí hay mucho interés por todo lo español y en buena medida por lo andaluz. Holanda es el primer consumidor per cápita de vino de Jerez en el mundo, y el gusto por algo tan nuestro como es el flamenco se evidencia en que una de sus ciudades mas importantes, Utrecht, sea conocida informalmente como la Utrera del Norte”.

Alfonso comenta que la vida de un diplomático “es muy enriquecedora e interesante porque le permite a uno conocer otras culturas y otras realidades y mejor comprender el mundo y sus habitantes. Aunque hay que combinar la variedad de las experiencias con el mantenimiento de las raíces propias y la cohesión familiar”.

Uno de los puntos negativos “es la proliferación de cócteles y recepciones a las que hay que ir por cortesía con los otros países, que a veces puede ser muy rutinario”. Alfonso echa de menos muchas cosas de Jerez, como el sol, los paisajes, “los recuerdos de mi infancia, la alegría y la simpatía de mis paisanos, pero cuando noto mucho esa falta tengo la suerte de poder pasar unos días por allí. Mi esperanza es poder pasar grandes temporadas en Jerez, cuando mis funciones me lo permitan”.