Fiesta de la uva en Gibalbín
Barbadillo celebra el final de la vendimia, un proceso más largo y complejo que el de otras bodegas del Marco de Jerez debido a que se recogen al menos nueve varietales de uva para elaborar todos sus vinos
La bodega Barbadillo celebró ayer en la planta de vinificación que tiene en Gibalbín el fin de la vendimia. En el caso de esta bodega se trata de un proceso largo y complicado, debido a que en la actualidad son al menos nueve las varietales que se cultivan y recolectan en los viñedos que tiene la casa en el Marco de Jerez, cada una con sus particularidades, tanto a la hora -y a la fecha- de su recogida como en el inicio de la vinificación. El miércoles se terminaron de recoger las uvas tintas que forman parte del coupage de 'Gibalbín', el tinto de la tierra de Cádiz al que da nombre la barriada rural jerezana sobre la que se asientan tanto la planta de vinificación como los principales viñedos de la firma. Este año Barbadillo ha recogido unos 600.000 kilos de uva tinta, algo menos que el año anterior.
Es que Barbadillo no es exactamente como cualquier otra bodega del Marco, ya que hay que tener en cuenta que aunque tiene una parte sustancial de su negocio en el jerez y la manzanilla (ahí está 'Solear'), fue la primera en ver las posibilidades del blanco elaborado a partir de palomino con 'Castillo de San Diego' y de las primeras también que han apostado fuertemente por los tintos elaborados en el Marco, como lo demuestra 'Gibalbín'. De ahí que en un encuentro entre técnicos y directivos de la bodega con los medios de comunicación -con un arroz de por medio, por cierto- salieron a relucir los grandes datos de lo que ha sido este mes y medio de campaña, desde el corte de las primeras blancas hasta las últimas tinta que se cortaron el miércoles. Las uvas para jerez y manzanilla y vinos blancos se terminaron de recoger el pasado 8 de septiembre, como es habitual en Barbadillo -y en todas las bodegas del Marco que tienen pagos en distintas zonas- yendo del interior hacia la costa, ya que la uva de interior madura antes por efecto del calor.
La enóloga de Barbadillo, Montserrat Molina, explicó que fue a finales de julio cuando la bodega comenzó a cortar uvas chardonnay con las que elabora (en coupage con palomino) un vino espumoso que se comercializa de un año para otro, y que ahora, el pasado miércoles, se ha terminado de recoger todo el tinto. Por el medio han quedado uvas sauvignon blanc y verdejo (la varietal predominante en denominaciones como Rueda) con la que elaboran un blanco que se destina mayoritariamente a la exportación; la palomino, obviamente, tanto para manzanilla y jerez como para la elaboración de 'Castillo de San Diego', la marca líder en su segmento y, claro está, las cinco varietales de tintas que 'entran' en 'Gibalbín' (con tempranillo, merlot, syrah, cabernet sauvignon y tintilla de Rota).
Respecto a las novedades de futuro, Molina explicó que se están realizando distintas experiencias. Tal vez la principal sea la recogida de uva manual en determinadas parcelas seleccionadas, para la elaboración de un vino tinto de crianza. Para estas y otras experiencias que no se pormenorizaron la bodega se ha reservado 10.000 kilos de producción seguir trabajando en distintas experiencias.
La enóloga destacó la inclusión en 'Gibalbín' de levaduras autóctonas en los vinos tintos, una práctica que, desde hace ya algunos años se lleva a cabo con la uva palomino. "Con estas levaduras lo que queremos es, de alguna manera, personalizar el vino, darle ese carácter andaluz que perseguimos", dijo Molina. La varietal tempranillo es la que da su cuerpo a 'Gibalbín', aunque es la presencia de otras cuatro varietales las que contribuyen a "redondear" y "suavizar" el vino.
Por último, Molina destacó el buen estado general de la uva, la alta pluviometría que se registró durante toda la campaña y el efecto negativo para el volumen y positivo para frenar algunas plagas, que tuvo el fuerte levante con calor que hubo en agosto.
600 mil
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