Programa
Zambombas en Jerez este fin de semana

"¡Vivan gitanos y payos de Jerez!"

Un desayuno con torrijas, tostadas con aceite y dulces 'fortaleció' al pregonero antes de la gran cita · Tras Gallardo, la cruz del Cristo, la túnica del Prendimiento, los faroles de La Soledad y la peana del Mayor Dolor

Manuel Moure / Jerez

22 de marzo 2010 - 01:00

El Domingo de Pasión comenzó muy temprano para el pregonero. Su primer acto de carácter público tuvo lugar a las diez de la mañana cuando, acompañado de un nutrido grupo de cofrades, visitó la sede de la Unión de Hermandades en la plaza Peones para degustar el desayuno que tradicionalmente sirve para dar fuerza al encargado de anunciar la Semana Mayor. Tradicionales torrijas, tostadas con aceite de oliva y dulces variados compusieron la oferta gastronómica. Desde allí, el pregonero se encaminó al Teatro Villamarta donde los símbolos cofrades que dieron forma al escenario -la cruz del Cristo de la Expiración con su vela, la peana del Mayor Dolor, la túnica de Jesús del Prendimiento y los 'carteleros' candelabros de cola de La Soledad- fueron distribuidos en mágico equilibrio por Juan Mateos.

José Gallardo portó la medalla de la Merced que le regalara el comendador de la orden, fray Felipe Ortuno Marchante, mientras que en el bolsillo de la chaqueta lució un pañuelo con los colores de Jerez que le hiciese su madre con unas telas que ésta utilizara de niña como cintas para el pelo. En el pecho como pisacorbatas, un flamenquísimo abanico. La alcaldesa de la ciudad, Pilar Sánchez, le entregó el nazareno de plata que distingue desde hace años a los pregoneros jerezanos y le regaló un bolígrafo del que José Juan Gallardo quedó prendado cuando visitó la Alcaldía de la ciudad.

La pronunciación del pregón de la Semana Santa, como tal, comenzó a las 12,32 horas del mediodía, para concluir dos horas y dos minutos más tarde, a las 14,34 horas de la tarde.

El acto comenzó con apenas cinco minutos que más que de retraso fueron de cortesía. El acto se inició en cuanto la Banda Municipal que dirige Francisco Orellana interpretó los compases de la marcha 'Reina del Angostillo'.

Un momento especialmente sentido fue cuando el pregonero se hincó de rodillas ante el obispo para pedirle la venia antes de dirigirse al atril donde su hijo y presentador le reclamara segundos antes.

José Juan Gallardo cosechó durante su intervención más de una treintena de aplausos, dos de ellos a destiempo (el público no aguantó y le interrumpió), concretamente en las poesías que dedicó a las señeras imágenes de Jesús Nazareno y a Jesús del Prendimiento. Letras flamencas, ya fueran de bulerías, soleares o siguiriyas, y constantes referencias a personalidades de la Iglesia en Jerez (caso por ejemplo del padre Carlos González o el cura de San Dionisio) fueron leiv-motivs de su intervención.

El pregonero supo saltarse el guión cuando fue necesario, llegando en una ocasión a responderle a un cofrade que destacó la categoría de la obra que declamaba: "Es que el material (del que tengo que hablar) es muy bueno" respondió.

Mucho gustó el sincero pregón de Gallardo, tanto a gitanos como a payos, tal y como gritó al cielo del Villamarta un flamenco viejo que tuvo la mala fortuna de que los primeros compases del Himno de Andalucía acallaran su sentencia: "¡Vivan los gitanos y los payos de Jerez!".

Jerez despidió a su pregonero como sabe, con palmas por bulerías, un hecho que antes sólo se produjo en una ocasión: cuando le cantó a Jesús del Prendimiento, presente tras él, en forma de túnica con las mangas cruzadas. Fue una mañana memorable.

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