Manuel Fernández García-Figueras
Sherryzanías
Juan lleva siete años vendiendo cupones, aunque solo lleva un año en su puesto actual que está situado en dos lugares, diferenciados entre mañana y tarde. Por las mañanas se encuentra en la frecuentada rotonda de los Casinos con un horario que abarca desde las nueve de la mañana hasta cerca de las dos de la tarde. Por la tarde ocupa un rinconcito de la calle Évora, que ahora en verano está desde las seis y media hasta las 8 y media. Juan reconoce que los veranos son insoportables por culpa del calor. "En verano es la peor época para vender cupones porque hay muy poca gente en la calle, y más aquí en Jerez. En la costa los compañeros se hartarán de vender porque está toda la gente allí". Al estar al aire libre, Juan asegura "ir buscando la sombra para evitar el calor, cambiándome de sitio a medida que pasan las horas". Aunque las tardes son a la sombra enla calle Évora, prefiere la rotonda de los Casinos por la mañana "porque aunque hace más calor, hay más gente que por la tarde. Ahora en verano el centro 'está muerto' por las tardes".
La hora límite sin pasarlo tan mal a consecuencia del calor es la 11 y media de la mañana porque "coincide con que me quedo sin sombra en mi sitio. A partir de ahí me voy moviendo, buscando cobijo con sombra en las escaleras del Banco".
Juan combate el calor 'a duras penas' "bebiendo mucha agua y buscando la sombra". Aunque el trabajo es duro, Juan nunca ha pensado dejarlo porque "está la cosa muy mala y es lo que hay. La situación no está para dejar los trabajos". Además la crisis afecta de lleno a los vendedores de cupones. "Ahora con la crisis la gente compra menos, y también compra menos cupones", asegura el jerezano.
Juan comenzó con 25 años a vender cupones y ahí sigue hasta entonces. El verano es una mala estación para vender cupones, aunque encontrando un rincón con sombra y con agua a mano se pasa mejor.
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