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El aloe vera andaluz quiere tener su propia denominación de origen

  • Asaja brinda su apoyo a Asocialoe, asociación que integra a los empresarios de un cultivo más conocido por sus propiedades medicinales que por su aporte nutricional

Los usos medicinales del aloe vera son sobradamente conocidos, pero los científicos han demostrado que el cultivo tiene, además, propiedades nutritivas excepcionales, que los empresarios del sector quieren explotar una vez superen las trabas que existen para su comercialización como alimento.

Agricultores, productores y científicos se han aliado en Andalucía para promover el cultivo de aloe vera y trabajar por conseguir una denominación de origen propia para un producto muy rentable, que genera mucha mano de obra tanto en su producción en el campo como en su transformación y tiene multitud de usos, desde el textil hasta el cosmético, pasando por el alimentario y el curativo.

La comercialización como alimento, permitida en países como Alemania, es el principal reto al que se enfrenta el sector en España según se puso ayer de manifiesto durante la firma de un convenio entre el presidente de Asaja-Cádiz, Manuel Vázquez Gavira, y el presidente de Asocialoe (asociación nacional de empresarios del aloe vera), Andrés López Raya, para el desarrollo y la promoción del cultivo y de los productos derivados de su transformación.

El catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Cádiz, Francisco Antonio Macías, se extraña de que el aloe vera sea una de las plantas "más populares desde Carlomagno" y que, sin embargo, exista tanto "desconocimiento" sobre ella.

Macías forma parte desde hace seis años de un grupo multidisciplinar de científicos que investiga los secretos de esta planta, una gran desconocida como alimento pese a sus "maravillosos" efectos tanto por su aporte de hierro, "cinco veces superior al de las lentejas", como por la "excelente calidad" de sus fibras y vitaminas, que ayudan a regenerar la flora intestinal y a levantar el sistema inmunológico, "que es lo que hace sentirse bien", explicó el catedrático.

La parte que se utiliza, el gel del interior de la hoja, no tiene sabor, ni olor, ni color, pero aporta nuevas texturas a los platos con los que los chefs más innovadores ya juegan, mientras lo aplican como condimento para zumos, ensaladas, sopas, pistos, gazpachos, arroces y otras recetas.

Además de sus aplicaciones cosméticas y gastronómicas, tiene usos textiles, como ingrediente microencapsulado de almohadas y colchones, farmacológicos y veterinarios.

En Andalucía hay actualmente unas cincuenta hectáreas dedicadas a su cultivo, que este año "se van a duplicar o triplicar", según el responsable de Asaja-Cádiz, quien añadió que los estudios realizados hablan de que este cultivo tiene una rentabilidad "del 50 por ciento" sobre la inversión.

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