“Gracias Endesa por tener tantas luces”. Cerca ya de mediodía, La Moderna se preparaba para abrir sus puertas tras el corte de luz que duró menos de lo anunciado, pero que impidió a los establecimientos hosteleros aprovechar este viernes la hora del desayuno, “casi lo único que nos han dejado con el adelanto del horario de cierre comercial”.

Atilano Pacheco retiraba a esa hora el cartel con este mensaje pegado en una puerta para anunciar a la clientela el cierre temporal a causa del corte de luz por unas obras de mantenimiento en la red iniciadas a las 8.30 de la mañana y que, según reza en el anuncio de la compañía eléctrica, podían prolongarse hasta las cuatro de la tarde.

Por muy rápida que fuera la intervención, el mensaje de La Moderna resume la indignación de los comerciantes afectados por el apagón, en particular hosteleros y propietarios de establecimientos con cita previa que no alcanzan a entender cómo puede programarse una intervención, por muy urgente que sea, dentro del escaso margen que les deja el reducido horario comercial vigente en Andalucía por la pandemia.

Cartel colgado en la puerta de La Moderna que resume el sentir de los comerciantes afectados.

“Apaga y vámonos”, comentaba otro hostelero de Porvera que, aunque finalmente no se vio afectado por el corte de luz, mostraba su desánimo por la situación que atraviesa el colectivo a causa del Covid. “Es un desastre, pero si quieren guerra la van a tener; ya está bien de hacer el tonto”.

La compañía eléctrica detallaba después del restablecimiento del servicio que la interrupción del suministro eléctrico respondía a la necesidad de acometer una actuación urgente en dos centros de transformación de calle Caracuel a fin de evitar males mayores. Tras pedir disculpas por las molestias, Endesa explicó a este medio que la intervención se programó conforme a lo que establece la ley, dentro del horario estipulado y con idea de que tuviera la menor afectación posible.

Pero a los comerciantes, las disculpas de la compañía les saben a poco. “Es fácil disculparse cuando el daño ya está hecho”, indicaba otro hostelero de la zona afectada que había planificado el día en función del parón anunciado de 8.30 a 16 horas, “es decir, prácticamente toda la jornada porque con el horario restringido sólo podemos abrir hasta las seis de la tarde y ya me diré usted qué negocio es abrir para dos horas teniendo que montar y desmontar los veladores”.

Un trabajador de la compañía durante la actuación programada de urgencia.

Gelovisión, en la calle Larga cerca del Gallo Azul, tampoco sufrió ayer el apagón, pero no por ello el propietario, Ángel Moreno, estaba menos indignado. “Hoy no se nos ha ido la luz, pero hace unos meses, en verano, ya sufrimos un corte con el que perdí un progresivo que tenía en la máquina. 200 euros tirados a la basura de los que no se responsabiliza Endesa”, señalaba Moreno, no sin apuntar que “ya que no se dignan a avisar a los afectados, aunque sea con un papel por debajo de la puerta como hace la Policía, podrían informar a las asociaciones de comerciantes para ponernos todos de acuerdo”.

La presidenta de Acoje, Nela García, confirmaba que no ha recibido más información que la que aparecía en los carteles pegados en lugares públicos, en los que se incluye la relación de calles afectadas y el horario previsto de la intervención, de 8.30 a 16.00 horas. “Lo peor de todo es que no cuentan para nada con los afectados para que los daños sean los menos posibles”, manifestaba la responsable de Acoje, quien asegura que todo el comercio del centro, en mayor o menor medida, se ha visto afectado, ya que “el mensaje que llega a la población es que se va a cortar la luz en el centro durante toda la mañana y parte de la tarde, por lo que muchos ciudadanos han renunciado a acercarse al casco histórico para hacer compras”.