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Zambombas este fin de semana en Jerez

La embajada gastronómica del jerez

José Ferrer en una de sus catas de jereces con geles en Vinoble.
Á. E. Jerez

01 de junio 2016 - 01:00

Pepe Ferrer se incorporó el pasado verano al Consejo Regulador como embajador para asuntos gastronómicos, puesto desde el que canaliza la formación y el asesoramiento que se ofrece al personal de restaurantes de toda España para ampliar sus conocimientos sobre el vino de Jerez. Muchas bodegas del Marco, en particular pequeñas firmas que carecen de departamentos de promoción y comercialización, han logrado gracias a su labor introducir sus vinos en algunos de los principales restaurantes del país.

Ferrer ha estado impartiendo durante la celebración de Vinoble la misma cata que ofrece en los restaurantes, un 'invento' basado en geles con sabores muy dispares y que son difíciles de combinar con vinos blancos y tintos al uso, pero que acompañan a la perfección los caldos jerezanos, demostrando así la versatilidad de los distintos tipos de vinos del Marco más allá del aperitivo.

El embajador gastronómico del Consejo asegura que "el ADN viajero que siempre ha acompañado al jerez lo tiene ahora la gastronomía, pues antes se iba a Asturias a comer una fabada, pero ahora se puede comer un ceviche o cualquier otro plato de cualquier rincón del mundo".

En otras palabras, también las de Ferrer, el vino estaba antes al servicio de la gastronomía, situación a la que se ha dado la vuelta y que es fundamental para entender el gran protagonismo que están adquiriendo los vinos de Jerez, porque hay platos con sabores muy fuertes, como el curry, que sólo los soportan vinos como los del Marco.

Ferrer lleva años usando los geles, derivados de la cocina de vanguardia y que aprendió a elaborar con ayuda de profesionales que han trabajado en restaurantes como El Bulli de Ferrán Adriá.

Su cata consiste en la degustación de geles con sabor a berberechos al natural, boquerones en vinagre, alcachofas amargas, salsa de soja, curry, wasabi, chile ahumado de México y una salsa agridulce, que acompaña con vinos finos, manzanillas, amontillados, olorosos, cream, Pedro Ximénez...

Su misión es "tender puentes entre los restaurantes y las bodegas", explica Ferrer, quien presentó por primera vez su cata hace cuatro años en el Salón Gourmet, hasta recalar hace ya casi un año en el Consejo para recorrer el país con esta iniciativa, que se ofrece, además, de forma gratuita a los restaurantes.

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