Cuatro horas de espera para lograr el enganche eléctrico
Caseteros, feriantes y ambulantes colapsaron ayer por la mañana la oficina de Endesa en la calle San Cristóbal. Un problema en la red provocó colas, enfados y protestas
Una media de cinco personas a la hora fueron atendidas ayer en la oficina de Endesa en la calle San Cristóbal, que atiende desde el lunes en exclusiva los contratos de enganche eléctrico para Feria. Dicha lentitud en el ritmo de atención al cliente, ya preocupante de por sí, adquirió tintes de motín popular si se tiene en cuenta que ayer fue la última jornada para que caseteros, ambulantes y feriantes conformaran sus enganches, requisito indispensable para desarrollar su labor comercial.
Las largas colas provocaron que no pocas personas desistieran en días anteriores de cumplimentar el enganche, atrasándolo para el día de ayer, algo que no hizo otra cosa que provocar aún mayor retraso. Una media de cuatro horas emplearon los caseteros en poder llevarse de la referida oficina de Endesa los ansiados papeles que les permiten tener luz y energía eléctrica durante la Feria.
Entre los afectados, ayer a mediodía, había gente de todo tipo. Desde el concejal popular Eugenio Galvín, que aguantó el tirón en la cola, hasta multitud de camareros, responsables de casetas de comidas y de atracciones.
Los primeros en ser atendidos fueron los que tuvieron más suerte (una hora u hora y media de espera, como fue el caso de Miguel, trabajador de la caseta 501). El retraso se iba acumulando poco a poco dentro de la oficina, donde cuatro operarios no cesaban de comprobar los certificados de Industria y las adjudicaciones de las casetas. Según pudo sabe este medio, los demandantes de energía tan sólo debían aportar el certificado de Industria, ya que los trabajadores de Endesa comprobaban a través de Internet si el demandante tenía adjudicada alguna caseta. "Ese, comentaban los afectados, fue el principal problema". La red gastó una de sus habituales malas pasadas y, por problemas de sobrecarga, funcionaba con una lentitud extrema.
Curiosamente, en los espejos de la sucursal unas publicidades promocionaban el uso de un sistema que impide pérdidas de datos y agiliza el intercambio de datos. Cuando menos, llamativo.
Gonzalo, trabajador de una hamburguesería, lamentaba que "todos los años venga a suceder lo mismo, mientras que Santiago, de otro negocio similar, aseguraba que tuvo que esperar cuatro horas. Ana, que trabaja en uno de los recreativos que se ubican bajo las vías del tren (concretamente el conocido como 'las grúas') estuvo tres horas. Cuando salió destacó que el aburrimiento le llevó a contar las personas que salían de la oficina en una hora. "Y no han llegado a cinco", dijo a este medio. "Dicen que Internet está lento", dijo, antes de marcharse tras toda una mañana de espera. Todos ellos apuestan porque los enganches se hagan en la propia Feria, "como en muchas otras ciudades".
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