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“Es muy importante que las situaciones de confinamiento no resten salud”

  • Etrevista de Marco A. Velo con Gloria Cambas, Bióloga Especialista en Nutrición y Tecnología de los Alimentos

Gloria Cambas, Bióloga Especialista en Nutrición y Tecnología de los Alimentos

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Un altísimo porcentaje de ciudadanos, por no decir la práctica totalidad, ha engordado en este tiempo de confinamientos y encierros en nuestros propios domicilios. ¿Qué estamos haciendo mal en este sentido?

Hay cosas que estamos haciendo mal y otras que simplemente dejamos de hacer por estar confinados. En el primer confinamiento, el más duro y estricto, parecía inicialmente que estuviésemos de vacaciones, desgraciadamente nada más lejos de la realidad. Aumentó mucho el consumo de bebidas alcohólicas en las casas y la elaboración de repostería consiguiendo elevar la ingesta calórica diaria. A su vez, al estar confinados, disminuyó mucho nuestra actividad no programada ralentizando nuestro gasto energético.

En estos momentos estamos mucho más concienciados. Mantenernos activos es fundamental para la salud. Si estás teletrabajando y haces la compra on-line tendrás que obligarte a hacer alguna actividad en casa o, mejor, salir a caminar a buen ritmo. Los distintos estudios hechos sobre los factores que aumentan el riesgo de padecer complicaciones en enfermos COVI-19 apuntan a la obesidad y el sobrepeso como factores importantes.

El consenso entre los distintos especialistas (en Ciencias de la Salud y Ciencias de la Naturaleza) aboga porque “la alimentación sea la razón de nuestra salud” frente al SAR-COV-2 y a otras múltiples patologías.Es muy importante que las situaciones de confinamiento no resten salud y para ello es fundamental mantener una alimentación saludable, una hidratación adecuada, una actividad física moderada, rutinas y horarios y una vida afectivo-familiar-social satisfactoria (para esto sí que sirven las nuevas tecnologías)

¿No existen en la actualidad, con tanta sobrecarga informativa o desinformativa en muchos casos, demasiados falsos mitos sobre la alimentación?

 Es verdad que existe una sobrecarga informativa. Además de falsos mitos, lo más peligroso que deriva de esta situación es que no se personalice la intervención nutricional. No es igual programar un menú para un colectivo (guardería, residencia, universitaria o geriátrico) o programarlo para una embarazada, un hipertenso o una mujer en menopausia. Y por el mismo criterio una dieta cetogénica, un ayuno intermitente o una dieta vegana no es para toda la población general la opción más adecuada. Incluso hablando de la dieta mediterránea hay que chequear si la persona entiende a qué nos referimos y si es capaz de llevarlo a la práctica en sus circunstancias particulares de vida.

¿Masticar despacio ayuda a reducir el hambre?

 Hay estudios que relacionan la masticación con la disminución de la grelina (hormona que activa las señales del apetito) y aumenta la leptina (hormona que activa las señales de la saciedad). La digestión empieza en los procesos de salivación y trituración que ocurren durante la masticación. Ambos son muy importantes pues consiguen preparar los alimentos para que posteriormente se puedan absorber sus nutrientes. Las personas que comen muy rápido no son conscientes de lo ingerido, transmiten su estrés a un acto como comer que debiera ser un acto agradable si queremos que nos genere hábitos nutricionales correctos.

¿Verdaderamente hay alimentos que mejoran el estado de ánimo?

No hay un alimento específico que mejore el estado de ánimo. Existen distintos nutrientes como los omega-3, las vitaminas B1, B6 y B12, vitamina D, vitamina E, minerales como el calcio y el magnesio o la fibra que nutre nuestro microbioma intestinal, que influyen en el correcto funcionamiento del cerebro. Estudios en personas con estrés o depresión muestran que los niveles de algunas de estas moléculas son bajos. En el concepto de una alimentación variada, equilibrada y suficiente no deberían existir carencias de estos nutrientes que mejoran nuestro estado de ánimo.

¿Deberíamos imponernos beber más agua a diario?

En mi opinión sí deberíamos. No tenemos que esperar a tener sensación de sed para hidratarnos, debemos de hacerlo de forma constante a lo largo del día. Además, debemos modificar la ingesta hídrica en función de la edad, la temperatura, la actividad física o el estado de salud.

¿Qué desea añadir?

Después de muchas visitas y perfiles distintos, la frase más habitual que oímos es "yo sé lo que tengo que comer, pero...". La primera conclusión que se saca de esta frase es que solemos estar equivocados, "todos sabemos lo que no tenemos que comer”. Si quieres saber lo que tienes que comer deberás fijarte en muchos aspectos como: equilibrio hídrico, estado digestivo, horario de comidas, descanso, gustos alimentarios, medicación y un largo etcétera.