Jerez presume de tener magníficos altares cerámicos en las puertas de sus iglesias y casas solariegas. Se podría ir adelantando por entregas estas maravillas de azulejos que tienen como fin la de representar a la imagen para los devotos cuando templo se encuentre cerrado.

El del Mayor Dolor es uno de ellos. Bernardo Palomo, crítico de arte de este medio, lo define como quizá "el más bonito de Jerez aunque no el mejor, pero no porque sea malo, sino porque hay mucha y buena competencia". Esta magnífica pieza se inauguró en el año 1952 con motivo de la nueva plaza de la Asunción que tendría el monumento de Vasallo dedicado al dogma 'asuncionista'. Sus grandes precursores fueron los cofrades Rafael Montes García y Juan Gavira Rivera. Está confeccionado en cerámica Santa Ana y fue Antonio Kiernam Flores quien lo llevó a cabo. Se aprecia la colaboración en el celaje y posiblemente en el ático de Facundo Peláez Jaén que es el mismo artista que hace el del Santo Crucifijo de la Salud, una de las joyas cerámicas de Jerez. El marco arquitectónico se debe al escultor ceramista Emilio García García.

Si el centro de la obra está dedicada a la maravillosa imagen del Mayor Dolor, a los lados del azulejo se pueden observar los escudos de Jerez y del cardenal de Sevilla en la época de la colocación del altar cerámico, Pedro Segura y Sáenz. En las columnas laterales podemos ver el Señor del Ecce-Homo y San Bartolomé. Por último, en las esquinas del friso superior se coloca una custodia y el anagrama mariano.