LA Asociación de Empresarias lleva años trabajando para fortalecer el tejido empresarial femenino desde distintos frentes. Hemos apoyado la creación de empresas de mujeres con todos los instrumentos a nuestro alcance y hemos sabido aprovechar los nuevos recursos que los avances tecnológicos han puesto a disposición del empresariado. No obstante, la actual coyuntura económica nos ha avocado a un escenario desolador que ha afectado por igual a empresas de hombres y mujeres. Pese a los esfuerzos que los empresarios y empresarias estamos haciendo para seguir adelante, muchas empresas se han quedado por el camino. Nuestro interés como organización en este contexto ha sido alentar a nuestras socias, y a todas las empresarias y emprendedoras, a seguir adelante. Para ello hemos adaptado nuestros proyectos y servicios a las nuevas exigencias de una realidad económica y social que ha cambiado enormemente. Pero como reza el dicho “siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana” y desde la AMEP hemos asistido en los últimos meses a un alentador cambio de rumbo: el asumido por un grupo de mujeres, cuarenta en concreto, que pese a las dificultades existentes se están animando a emprender y a crear nuevos negocios, muchos de ellos derivados, precisamente, de la situación económica en la que nos encontramos. Estas nuevas empresarias, que están siendo apoyadas en la AMEP a través del programa Méntoring, nos están demostrando, con su trabajo y con su constancia, que la imaginación y la innovación pueden ser verdaderos revulsivos para salir adelante. De nuestras conversaciones con muchas de ellas hemos salido fortalecidas todas, hemos comprobado cómo las ganas y la ilusión son capaces de vencer el miedo al fracaso, cómo la escasez de recursos económicos se puede soslayar estableciendo redes e inventando nuevas maneras de resolver viejos problemas. Muchas veces hemos hablado de la importancia que tiene contar con el apoyo de una empresaria experta que ayude a las empresarias que empiezan a iniciar su andadura empresarial, pero también hemos comprobado, en la ya larga andadura de la AMEP, lo importante que es que las empresarias de más larga trayectoria nos dejemos contagiar por el entusiasmo y la ilusión de las que empiezan. Ahora más que nunca se hace realidad la premisa de que para avanzar hay que reinventar constantemente nuestras empresas. Creo que nuestras empresarias están asumiendo ese papel valientemente, midiendo los riesgos, pero sin dejarse paralizar por los obstáculos. Desde la AMEP seguiremos apoyándolas y acompañándolas para que el camino sea lo más fácil posible, porque sus éxitos