Cada noche, tras echar el cierre, el personal de Mercadona de la calle Beethoven retira los alimentos que no son aptos para la venta pero que sí están en perfectas condiciones para el consumo, se revisa uno a uno su caducidad y se guardan de forma separada en las cámaras de frío para garantizar su perfecto estado de conservación.

Son los alimentos que diariamente se donan al Hogar San Juan, una de las seis entidades de Jerez con las que la cadena de distribución ha abierto una vía de colaboración. "Creemos que es necesario devolver a la sociedad parte de lo que recibimos de ella, por eso uno de nuestros compromisos es contribuir al desarrollo y progreso sostenible de nuestro entorno", afirman desde Mercadona.

El hermano Juan Carlos Durán y dos voluntarios, en las cocinas del Hogar, con los productos frescos recién llegados.

La cadena de alimentación recibe las propuestas de colaboración a través del Banco de Alimentos. "Nosotros visitamos las instalaciones de la entidad en cuestión para comprobar que todo está en condiciones y ya entonces se pone en marcha el proyecto para que una de nuestras tiendas colabore con dicha entidad", explica el director de Relaciones Externas de Mercadona en la provincia, Rafael Piñero.

Es el caso del Hogar San Juan, con el que la colaboración empezó en febrero, o también el Hogar La Salle. La situación provocada por la pandemia del coronavirus hizo que Mercadona decidiese además hacer sus aportaciones al centro operativo municipal instalado en el pabellón Kiko Narváez, desde donde se está atendiendo a familias sin recursos. Además, en Jerez, Mercadona dona alimentos a 'Nuevo Ciclo', 'Brote de Vida' y a la Cocina Solidaria Esperanza de la Yedra.

Antonio, uno de los voluntarios del Hogar San Juan, acude diariamente a primera hora de la mañana al Mercadona de la calle Beethoven para recoger con una furgoneta los alimentos, productos frescos y de proximidad, ya preparados para su traslado.

Para el Hogar San Juan, una institución que acoge a personas sin techo, esta donación diaria ha sido una tabla de salvación. Durante el confinamiento llegó a tener a 60 personas viviendo en sus instalaciones y aunque algunas ya han abandonado el hogar siguen en él 35 personas, una cifra prácticamente estable, además de varias familias que por las excepcionales circunstancias han perdido trabajo y vivienda y de forma temporal están siendo también acogidas por esta institución.

Su responsable, el hermano Juan Carlos Durán, asegura que la donación que reciben de Mercadona ha sido fundamental para el funcionamiento del hogar. "Son productos de los que utiliza cualquier familia en su casa, que es para nosotros un valor añadido. Son productos de calidad, que nos permiten organizar los menús".

Cuando la furgoneta con la mercancía llega al Hogar San Juan, se clasifican adecuadamente para su posterior consumo. Esta colaboración no sólo ha permitido, según comenta el hermano Juan Carlos, dar respuesta al importante número de personas que se atendió durante el estado de alarma, sino también a los actuales residentes. "Antes recurríamos al Banco de Alimentos y también hacíamos campañas, pero a la hora de pedir tú tienes que contar con lo que la gente te quiera dar. El tema de los productos frescos es siempre un problema, porque generalmente en las campañas se donan productos no perecederos. Para nosotros los productos frescos que nos está dando Mercadona son la solución porque es lo necesitamos para completar lo demás".

En el Hogar San Juan las cuentas son fáciles de hacer, pero ni mucho menos lo es la búsqueda de recursos. "Todo lo que recibimos en metálico lo utilizamos para los pagos de funcionamiento y suministros de la casa. Pero luego está la alimentación. Por eso lo que nos llegue en este sentido, menos ingresos tenemos que buscar".

Sólo el pasado año el mantenimiento del Hogar San Juan supuso un coste de 360.000 euros y de esa cantidad, apenas el 4% procede de subvenciones. "El resto lo buscamos como podemos con ayuda del voluntariado, hacemos campañas, están también los bienhechores. Durante el confinamiento, al traernos el Ayuntamiento a personas del albergue se firmó un convenio, pero ha sido algo puntual". El hermano Juan Carlos estima que en el total de la contabilidad, los alimentos que reciben hubiesen supuesto una factura superior a los 90.000 euros.

La intendencia diaria del Hogar San Juan es todo un reto. Las estancias de los residentes son en la mayoría de los casos de larga duración. Explica su responsable que entre ellos, hay un grupo de entre 50 y 65 años, ahora mismo los más vulnerables, muchos con enfermedades, sin apoyo familiar y con un retorno laboral imposible. "Tampoco pueden entrar en una residencia y están ahí, un poco, descolgados", comenta.

Y por otro lado está el grupo, que el hermano llama de cambio, que tiene más posibilidades de un futuro fuera del hogar. "Hay algunos inmigrantes ex tuteados que acabaron en la calle, algunos con problemas de consumo añadido, que hay que resolver también, pero ese grupo tiene más posibilidades de hacer un proyecto de vida diferente”. Además el Hogar San Juan atiende a otro colectivo que acude diariamente para desayunos y el uso de los servicios de desayuno, ducha, ropero y lavandería.

También el coordinador de Hogar La Salle, el hermano Juan Bautista De las Heras, muestra su agradecimiento a Mercadona por la donación diaria de productos de alimentación, que supone, según afirma, una importante aportación para el mantenimiento del hogar, en el que residen doce jóvenes ex tutelados y cuatro hermanos de La Salle.

La colaboración de la cadena con esta entidad, que recoge a diario los alimentos en la tienda Mercadona de La Plata, comenzó coincidiendo casi con el inicio del estado de alarma.