La última ronda de conversaciones en Irlanda del Norte concluyó ayer sin éxito por el rechazo de los partidos a un plan económico presentado por Londres y Dublín para solucionar las cuestiones que afectan al proceso de paz y al funcionamiento de la autonomía.
El primer ministro británico, David Cameron, y su colega irlandés, Enda Kenny, confirmaron ayer la ausencia de un acuerdo entre las formaciones, dividas por cuestiones como el de las banderas, los desfiles protestantes y el legado de casi 30 años de conflicto armado.
Cameron y Kenny lamentaron que los partidos del Gobierno norirlandés no aceptasen acercar posiciones a cambio de una compensación económica de 1.000 millones de libras (1.260 millones de euros), que consideraron insuficiente.
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