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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO | OPINIÓN

Conocer y reconocer la hazaña española

  • Gesta. Andalucía, sintetizada en Sevilla y Sanlúcar de Barrameda, es la puerta de España, que tiene mucho que mostrar en esta conmemoración

Conocer y reconocer la hazaña española

Conocer y reconocer la hazaña española

EL 10 de agosto de 1519, 239 hombres a bordo de cinco naves zarparon del puerto de Sevilla, comenzando una aventura que cambiaría para siempre la visión sobre el mundo de toda la humanidad. Se inicia con ello, desde las aguas del Guadalquivir, la que resultaría ser la primera circunnavegación de nuestro planeta. Hoy, cuando se cumplen quinientos años de la salida de la primera vuelta al mundo y en Sevilla, arranca un amplio programa de actividades que a lo largo de tres años –el mismo tiempo que duró la singladura– conmemorarán este hito histórico para que la increíble hazaña impulsada por la Corona española sea debidamente conocida y reconocida.

La aventura de Magallanes y Elcano tiene que servirnos para los desafíos del XXI

Hay muchas razones por las que España debe celebrar esta efeméride. Una de ellas es, sin duda, porque pone de manifiesto la necesidad de la colaboración para alcanzar metas complejas. Frente a tendencias egoístas y aislacionistas, la aventura de Magallanes y Elcano apela a la colaboración, la cooperación y el entendimiento. Es una conmemoración que nos tiene que servir para fomentar nuestra cohesión y nuestros proyectos comunes como país, nuestra historia común y compartida. Una historia de éxito cuando estamos unidos, cuando apostamos por los proyectos conjuntos.

Como presidenta de la Comisión Nacional para la Conmemoración de la Primera Vuelta al Mundo, es para mí una gran satisfacción estar al frente de un proyecto en el que participan de manera coordinada todas las instituciones del Estado y la sociedad civil: el Gobierno de la Nación, los ayuntamientos y las administraciones autonómicas. Y que nos sitúa en el mundo junto a muchos países amigos y quiero citar a Portugal, con el que coorganizamos algunas de las actividades. La Ruta de Magallanes y Elcano nos une por las aguas de mares y océanos, con el impulso de los vientos, a través de lenguas comunes y de la cultura.España tiene mucho que mostrar con motivo de esta conmemoración. Somos un país con muchas horas de navegación, experimentado, que se ha abierto al mundo con exploradores, aventureros, inmigrantes, exiliados… Sabemos lo que el mundo ofrece y sabemos recibir al mundo y aprender sin prejuicios de las experiencias de los demás. Pero sin duda hemos dejado un enorme legado unido a nuestra cultura, a nuestra lengua, a nuestra forma de ver la vida y la humanidad, que merece la pena preservar y celebrar.El origen de la expedición son dos puertos andaluces: Sevilla y Sanlúcar de Barrameda. Andalucía como puerta de España a los Océanos, al mundo entero tras el regreso de Elcano, rememorando otras singladuras de incuestionable épica histórica y que también hicieron protagonista a los puertos andaluces. Andalucía y los andaluces con su querencia al mar, la mar; su vocación marinera y abierta, sagaz y experimentada, valiente y audaz. Elcano, vasco de Guetaria, cerraría el círculo. Fue él quien culminaría la circunnavegación, haciendo compartir el mérito por lo conseguido a otra tierra de lobos de mar, el País Vasco: tierra de navegantes y marinos, curtidos por la bravura de su mar Cantábrico y que tantos servicios han hecho a España.

Pero, si este viaje nos pone en contacto con lo que somos como país, además y, sobre todo, el viaje pone de manifiesto la íntima conexión de toda la humanidad, la unión a través de los recursos naturales y nuestros comunes intereses. En los tiempos de la globalización, este viaje nos recuerda y nos interpela para buscar soluciones compartidas a problemas compartidos, al uso sostenible de los recursos compartidos. Y nos recuerda que somos un solo mundo y una sola humanidad.

La gesta que inicia Magallanes y que culmina Elcano y los 18 hombres que regresan a España nos ha de servir, a modo de cuaderno de bitácora de un viaje apasionante, que enlaza aquel tiempo pasado, sus anhelos e incertidumbres, con nuestro presente, que navega, también, hacia nuevos desafíos en este siglo XXI. Un cuaderno de bitácora cuyas primeras páginas fueron escritas por Magallanes, Elcano y sus hombres y que hoy debemos seguir escribiendo las mujeres y los hombres del presente. Su gesta nos ha de servir, a su vez de recordatorio de algunas de las más altas y necesarias virtudes humanas: el coraje, la curiosidad, el riesgo, la resistencia, el amor al conocimiento… Virtudes y valores que hoy son igualmente necesarias para abordar la exploración de un mundo nuevo, descubrir todas su rutas y riquezas. Las nuevas tecnologías y el avance de la ciencia han alumbrado un nuevo mundo y debemos inspirarnos en el ejemplo de los que exploraron el mundo físico para avanzar con valentía y convicción por esas nuevas rutas que nos abre el conocimiento avanzado que nos ofrece el estado actual de la ciencia y la tecnología.

Aprovechemos esta fiesta histórica para tejer conjuntamente un futuro de prosperidad para una España moderna y cosmopolita situada en un mundo unido en torno al conocimiento, la sostenibilidad y la cooperación pacífica y fraternal.

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