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Juego de manos, juego de...

Rosario Dawson ofrece la mejor actuación de su carrera en 'Trance'.

16 de junio 2013 - 05:00

Thriller, Reino Unido, 2013, 101 min. Dirección: Danny Boyle. Guión: Joe Ahearne y John Hodge. Fotografía: Anthony Dod Mantle. Música: Rick Smith. Intérpretes: James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Danny Sapani, Matt Cross y Wahab Sheikh.

Carlos Colón

¿Qué pensar de Danny Boyle? Trainspotting me repugnó. La ruidosa ligereza de Una historia diferente y el impostado tremendismo de La playa me confirmaron que Trainspotting no era la crónica testimonial del submundo de la droga, sino su inmoral frivolización efectista efectuada por un tipo hábil y sin escrúpulos. Uno de tantos posmodernos que trafican con los restos del naufragio de la Inglaterra tatcheriana y postatcheriana, por decirlo citando el título de una de las más hermosas novelas de Stevenson, símbolo de la cultura británica que algunos amamos (cuya crisis, desnaturalización, degradación o transformación -elijan ustedes- podría estar representado por un plano de Trance, casi de ciencia ficción aunque desgraciadamente real, en el que se ve la cúpula de San Pablo enmarcada por rascacielos). Más de lo mismo con 28 días, aunque se agradeció que diera la cara frívolo-tremendista huyendo de la realidad al universo gore-apocalíptico. Millones y Sunshine fueron el giro al cine definitivamente convencional y comercial disfrazado de ciertas marcas autoriales posmodernas. Slumdog Millionaire confirmó con brillo este camino gracias a un guión extraordinario y unas interpretaciones más que convincentes. Es el primer Danny Boyle que me gustó, aunque con el paso de los años tiendo a coincidir con quienes le reprocharon jugar con temas humanos y sociales que exigían mayor seriedad y menos espectáculo. 127 horas fue una trampa tan inteligente como angustiosa en la que atrapaba a su protagonista.

Ahora Trance pone las cosas en su sitio siguiendo la estela de Slumdog Millionaire: es una película comercial muy bien realizada en la que Boyle filma con eficacia un buen guión de John Hodge (que ya trabajó con él en Trainspotting y La playa) y sobre todo de Joe Ahearne, realizador y guionista televisivo especializado en fantasía y terror, colaborador de series de culto como Dr. Who, que lo había escrito y dirigido para la televisión hace doce años. El robo de una obra de arte, la amnesia que impide saber donde está escondida y el viaje a través de la mente para averiguar su localización son los tres elementos sobre los que se construye una intriga en forma de carrusel que, tras un buen arranque, jugará a descolocar al espectador cada vez que se le ofrezca una certeza. Cae sobre Trance la larga sombra de Recuerda y otros thrillers cuya clave reside en los recovecos de una mente explorada por un detective del subconsciente. Y tal vez no sea una casualidad que en ambos casos la detective de la mente -Ingrid Bergman en el modelo y Rosario Dawson en la réplica- sea una mujer. Hasta hay un juego pictórico que cambia a Dalí por Goya.

Como ya es habitual, Boyle mantiene el interés del espectador mientras dura la película. Y ni un minuto más. Su mayor mérito es lograr que ese interés no se esfume antes de que acabe pese a que conforme la acción avanza y los trucos se multiplican vaya decayendo hasta rozar lo grotesco y culminar en un final de circo. El ruido visual (montaje, movimientos de cámara, efectos) y sonoro (música de atronador guitarreo eléctrico), impidiendo o dificultando pensar, son el equivalente a la ligereza de manos que impide descubrir el truco del prestidigitador.

Al final, sólo espuma. Pero entretenida, hábil y bien interpretada por McAvoy, Cassel y sobre todo una Rosario Dawson en el mejor papel de su carrera. Definitivamente Boyle juega con todo: la droga, la explotación de los niños en la India, los mutantes o el robo de obras de arte. Ya se sabe qué pensar de él.

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