Diario de las Artes

La emoción del proceso pictórico

  • ANTONIO LARA

  • Sala Pescadería Vieja

  • Jerez

Obra de Antonio Lara.

Obra de Antonio Lara.

He planteado en numerosísimas ocasiones en estos últimos tiempos que la pintura de Jerez goza de la mejor salud; es más, podría decir que nunca ha estado como ahora. Ni cuando en el siglo XIX, aquellos tres grandes pintores, José Gallegos Arnosa, Salvador Sánchez Barbudo y Germán Álvarez de Algeciras, formaban parte de la mejor pintura que se hacía en el país; ni cuando, posteriormente, el dibujo y el grabado de Teodoro Nicolás Miciano era considerado de lo importante que se hacía en España; ni tampoco cuando, a partir de los años sesenta, unos jóvenes jerezanos -Joaquín Cañete, Carlos Ayala, Eladio Gil, Juan Gutiérrez Montiel, Vicente Vela, Jesús González, entre otros- acudían a la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, para, una vez terminados los estudios, ofertar una muy buena pintura; nunca, como en la actualidad, la pintura que se ha hecho en Jerez ha tenido tanta trascendencia como la que tiene lugar en estos momentos. Existe un grupo de artistas de aquí, casi todos en plena jovencísima madurez, que están en uno de los segmentos más importantes de la pintura española. No lo digo yo, lo dicen los reconocimientos unánimes que tienen, los premios que ganan, las exposiciones que realizan y la importancia de dónde las realizan, además del prestigio de las colecciones de las que sus obras forman parte. Sus nombres están en el imaginario de los buenos aficionados. Son artistas de importancia capital y deberían ser el orgullo unánime de la ciudad -también de los gestores culturales y de los gobernantes- porque suponen un auténtico potencial, dan prestigio absoluto y supondrían un válido referente.

Obra de Antonio Lara. Obra de Antonio Lara.

Obra de Antonio Lara.

Entre estos pintores de absoluta trascendencia se encuentra Antonio Lara. Es un pintor joven que, ya, está en esa zona de verdadero privilegio donde la nueva pintura española destaca con fuerza. Es artista de muchos y muy buenos reconocimientos. Ha ganado infinidad de importantes premios; su obra está en muy significativas colecciones; es pintor solicitado continuamente para proyectos pictóricos de envergadura y su trabajo está en continua expansión. Es, por tanto, pintor joven en quien confiar, de los serios, de los que están al margen de las habituales alharacas y soflamas que inundan el universo artístico, promovidas por los que se creen algo y no tienen nada que decir.

Obra de Antonio Lara. Obra de Antonio Lara.

Obra de Antonio Lara.

Si la sala Pescadería Vieja de Jerez es el espacio emblemático de la ciudad donde sólo han de llegar los mejores y los de mayor reconocimiento, la obra de Antonio Lara tenía que estar en su programación. No había otra forma. Lo mismo que, en los últimos años, han estado Juan Ángel González de la Calle, Eduardo Millán, Ignacio Estudillo, Magdalena Bachiller, Rocío Cano, Fernando Clemente o Willie Márquez, ahora los bellos espacios que construyera, en 1799 José de Vargas Sánchez y que, en 1994, el arquitecto jerezano Ignacio de la Peña lo rehabilitara para sala de exposiciones, acoge una importante muestra de Antonio Lara. Se trata de una exposición original de principio a fin. En primer lugar parte de un planteamiento diferente. El autor no presenta su obra como un ejercicio artístico terminado; nos sitúa en los amplios esquemas compositivos del proceso creativo. La obra promueve el propio ejercicio plástico; el discurrir artístico, la forma generadora. Aquí interesa infinitamente más el desarrollo antes que el desenlace definitivo. Es, como reza, el propio título de la muestra ‘el proceso en el lugar del objeto’. Todo queda supeditado al ejercicio formal, a los pasos que el artista realiza, los elementos constitutivos de la realidad que va creándose. Son piezas portadoras de la más absoluta esencia plástica; no transcriben la ilustración de lo concreto sino que mantiene los momentos conformantes que el artista utiliza. No es el fin es el acto puro de la creación misma. La pintura está en el proceso de definirse, se está materializando la forma plástica, el sentido generador, la fuerza creativa sin más.

Obra de Antonio Lara. Obra de Antonio Lara.

Obra de Antonio Lara.

Además la exposición está compendiada en diez piezas; diez obras justas, las necesarias para mostrar; no se necesita una extralimitación sin medida. Algo que puede parecer extraño, sobre todo a las miradas de cortos alcances, habituadas a los excesos expositivos y a las amalgamas, sin ton ni son, de obras que abruman los espacios y alteran los discursos. La muestra de Pescadería es la que es, como la pintura de Antonio Lara, sujeta a un justo ejercicio, a un preciso desarrollo, a una realidad que discurre por los caminos de la forma. Un retrato, magnífico, espectacular y lleno del más amplio sentido plástico y nueve bodegones que manifiestan esa literalidad del proceso componen una muestra que plantea las poderosas posiciones creativas de un Antonio Lara que no es, ni mucho menos, una joven promesa de futuro claro; es todo un artista que convence por una pintura lúcida, serena y portadora de las mejores formulaciones plásticas. Un pintor de una aplastante claridad de ideas, con una mano firme no sujeta a las fáciles exigencias de un realismo manido y de pobres perspectivas; un artista que pinta convencido, que ejerce la pintura con solvencia, que sabe discernir de lo real lo que es bueno y apartarlo de lo efectista y pernicioso para la vista.

Se trata de una exposición para meterse en ella, para sentir el puro placer de la creación, la esencia misma del arte por el arte.

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