Diario de las Artes

Amplios horizontes de una buena pintura

  • BEATRIZ CAÑETE

  • Espacio Abierto

  • Jerez

Detalle de una obra de Beatriz Cañete

Detalle de una obra de Beatriz Cañete

En cierta ocasión, un viejo pintor de los de verdad me dijo que el auténtico artista es aquel que, de mayor, mantiene el espíritu de cuando era joven. Apostillaba que tales creadores, con el paso del tiempo, iban realizando obras más importantes y, en consecuencia, los que, en la madurez, no manifestaban excesivos buenos argumentos era porque su conciencia plástica había dejado mucho que desear desde el primer momento. Estoy totalmente de acuerdo con aquel maestro, lleno de energía desde el principio de sus días y genial al final de los mismos. Existen muchos autores -que no artistas- que, aunque hayan tenido momentos de lucidez extrema y su obra fuese bien considerada, si con el paso del tiempo no mantenían la potestad creativa era porque nunca la habían tenido.

De eso puedo dar fe, después de más de cuatro décadas viendo arte casi todos los días. He contemplado como importantes artistas durante un tiempo, de buenas a primeras, quedaban estancados y sumidos en la más mísera existencia como creadores de verdad. Tales circunstancias se producían porque, en realidad, nunca habían aportado nada aunque, destacasen en puntuales momentos por obras salidas casi por suerte. No es que Beatriz Cañete sea una artista muy mayor; ni mucho menos; está en esa madurez serena que hace brillar lo que realmente es bueno.

Pero, es verdad, que creo que está en un momento artístico de excelencia. Diría que en el mejor momento. Lo es porque siempre ha poseído un amplio sentido de la pintura. Le venía desde la cuna. Ha estado en posesión de un completísimo argumentario plástico, con una técnica sólida que le permitía afrontar cualquier tipo de situación y eso lo ha mantenido a lo largo de su carrera. Nosotros la hemos visto en muchas circunstancias, en distintos momentos, siempre dejando un poderoso concepto formal que mantenía bien alto el pabellón de una pintura que para ella no tenía secretos.

Obra de Beatriz Cañete. Obra de Beatriz Cañete.

Obra de Beatriz Cañete.

A Beatriz Cañete sólo le hace falta un mínimo apunte, para que se lance a ejecutar un desarrollo pictórico lleno de entidad. Para la ocasión han sido dos circunstancias: ese Jerez que ella conoce por dentro y por fuera y que, además sabe extraerle sus posiciones más afortunadamente artísticas y, además, se ha valido de la música; pero no de cualquier música, sino de una serie de partituras que existían en su entorno familiar -creo que eran de su abuela- para crear un estamento representativo de muy especial sentido plástico y estético. Con todo ello ha organizado una selección de obras que llevan el sello, primordial, de lo realizado con infinita conciencia plástica.

Porque, realmente, la exposición es todo un catálogo de expresiones pictóricas; de medios materiales, de recursos plásticos. Y, además, en todos ellos, subyace una poderosísima manifestación en todo lo que supone las más abiertas situaciones formales. Nos encontramos con una acuarela perfectamente desarrollada en fondo y forma donde ciertos paisajes urbanos nos muestran una circunstancia ilustrativa distinta a la habitual por el especial sentido del propio medio. Junto a ellas y formando el gran conjunto de la muestra nos presenta una colección de obras donde conjuga dos situaciones visuales perfectamente acomodadas.

Por un lado la fuerza descriptiva de la tinta bien utilizada desde un dibujo compacto, elegante y definidor. Por otro, la utilización de esas partituras que crean un especialísimo soporte donde se magnifica la realidad representada; sobre todo en paisajes de Jerez o escenas de su mobiliario urbano - hasta una imagen protagonizada por el Cristo de la Expiración -. Para ofertar ese amplio patrimonio formal y plástico de la que sabe hacer gala, la artista nos ofrece una serie de pinturas al óleo - la cancela de la antigua Telefónica de la Alameda del Banco, la vieja puerta de entrada al Hospital de la Merced y una ventana de una bodega - que descubren, sin trampa ni cartón, las contundentes posibilidades que ofrece la pintura al óleo.

Obra de Beatriz Cañete. Obra de Beatriz Cañete.

Obra de Beatriz Cañete.

Todo esto nos pone en la sintonía total de una artista en posesión de un bagaje técnico que se adapta a todas las circunstancias y que sirve para posicionarnos ante una pintora de muy amplio espectro, dominadora, con una capacidad pictórica absoluta y que envuelve de la mejor esencia una pintura dotada con los sabios planteamiento de ese arte verdadero que convence ampliamente.

Buena exposición la que Lucía Franco presenta en ese Espacio Abierto de la calle Alvar López y que continúa una programación adecuada donde se están dando cita amplios aspectos de lo que acontece en la pintura de hoy en día; una pintura que descubre a una artista que no esconde nada, que profundiza en los amplios estamentos del arte y que hacen situarnos en los horizontes abiertos por donde entran rayos ilusionantes que borren los errores que acontecen en una realidad con muchos registros y matices.

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