Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Antifútbol

El sinsentido del VAR

A estas alturas de la película no vamos a descubrir que los avances tecnológicos han sido claves para el progreso de la humanidad, a la vez que se han convertido en uno de los grandes peligros para la existencia del hombre. Bien utilizada hace mucho bien, mal utilizada, pues ya saben: Hiroshima y la tecnología nuclear en su máxima expresión de destrucción; o ahora mismo Ucrania, donde los llamados drones inteligentes lo son para destruir vidas.

La tecnología también ha llegado al deporte, y como la reflexión anterior depende cómo se use sirve para mejorarlo o empeorarlo. Ya nadie concibe una final de Wimblendon o Roland Garros sin el ojo de halcón, como las revisiones de jugadas en la NBA. Pero en lo que al fútbol se refiere me da la sensación que de momento está perjudicando mucho, no ya solo el espectáculo, sino a la esencia misma del deporte.

El caso de las manos dentro del área es deleznable. Aquí es donde podemos ver cómo la tecnología mal usada perjudica. Lo primero que ha conseguido la norma es convertir a los defensas en mecanos. Si alguien le explicara a los que desarrollan las normas que existen movimientos totalmente naturales e involuntarios en la raza humana, empezarían a descubrir parte de su aberración normativa. La amígdala es una pequeña parte del cerebro que ejecuta acciones sin necesidad de procesarlas racionalmente. Lo mismo te paraliza que te hace llevar la mano a la cabeza para evitar una pedrada o un balonazo.

Con la actual normativa, los defensas se ven obligados a jugar de una manera antinatural, con los brazos detrás de la espalda cuando van a un cruce o van a saltar. Como la cosa siga así no tardaremos en ver a algún jugador que salga al campo con las manos esposadas por detrás, de esta manera no existirá la más mínima duda para el árbitro y la tecnología que le asiste. A no ser que Nike o Adidas se apresure a diseñar una camiseta antipenalti basada en las camisas de fuerza, en el que el jugador tenga los brazos por dentro y amarrados, pero con un diseño bonito.

Porque por mucho que se entrenen y automaticen los movimientos, cuando golpeen al balón con fuerza a tres metros de un jugador y este vaya directo a su cara, el gesto natural e involuntario siempre será el de girar la cara y cubrirse con la mano y entonces se seguirán rearbitrando los partidos convirtiendo al fútbol en un deporte completamente distinto, que es a lo que ahora estamos asistiendo.

La tecnología en sí misma no es buena, ni mala, somos nosotros que la usamos para bien o para mal.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios