Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Culebrones veraniegos

El mercado de fichajes adultera la competición

Recuerdo aquellos calurosos veranos de los 70, cuando no había aires acondicionados, con todas las puertas y ventanas abiertas para que corriera algo de aire, tumbados en el suelo del pasillo de la casa, porque el suelo estaba fresquito. Mi madre y mi tía, también en el suelo, mandándonos a callar porque en la radio iba a comenzar otro capítulo de Lucecita, un culebrón radiofónico, melodramático, donde se mezclaban algunas risas con muchos llantos. Después en la tele vendrían muchos más, hasta llegar a la época dorada actual y su evolución al mundo de las plataformas de series en internet. Pero de una u otra forma, culebrones que nos entretienen mientras alguien se hace rico.

Viendo los informativos y programas deportivos en las últimas semanas, se me vino el paralelismo con estos culebrones. Han sido varios los que han triunfado este verano, pero sin lugar a dudas, el mejor de todos es el protagonizado por Neymar Jr. Aunque ha habido otros que le han seguido muy de cerca en cuanto a popularidad, como el de Pogba o la comedia de Zidane y sus descartes.

Pero mi intención no es comentar ninguno de estos culebrones veraniegos, sino poner el foco en una cuestión que creo adultera gravemente la competición: el cierre del mercado semanas después de que las competiciones nacionales se hallan iniciado. Que un jugador de Primera pueda jugar en dos equipos de la misma competición no tiene sentido alguno. Que un equipo con más poder adquisitivo pueda comprar un jugador de un posible rival con la competición en juego es incongruente con el fair play o que un jugador después de un mes de pretemporada y tres partidos de competición esté de brazos caídos para forzar su marcha es algo que sigo sin comprender. Sin contar la desigualdad que se genera con los clubes de la Premier.

Los culebrones veraniegos siempre van a existir porque es algo que el público demanda cuando no hay fútbol, pero la lógica dicta que cuando la competición empieza los culebrones deben terminar. Aunque si por lógica y coherencia fuera, España ya tendría un gobierno trabajando por lo intereses generales de los españoles, pero ya sabemos que a los políticos les encantan los culebrones, que les importa un bledo los intereses generales del país. Cuando digo del país me refiero a España porque tenemos claro que los intereses de Suiza es lo único que pone de acuerdo a los políticos españoles.

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