Los principales índices europeos prolongaron la pausa de la semana pasada, a la espera de los diferentes datos de empleo de EEUU que se irán publicando durante la semana y a la reunión del BCE del jueves. El Íbex 35 cerró con una subida de un 0,05%, el FTSE 100 fue el índice más castigado en Europa con una pérdida de un 0,55% y el Euro Stoxx 50 se desmarcó al subir un 0,37%.

Jerome Powell, presidente de la Fed, va a realizar una comparecencia esta semana ante el Congreso, con las apuestas para la primera reducción de tipos habiéndose alejado hasta junio. La inflación sigue siendo elevada en EEUU y en la Eurozona, lo que respalda los comentarios de los banqueros centrales de seguir posponiendo los recortes de los tipos de interés. Además, el sentimiento de los mercados de renta variable se está volviendo más cauto a estos niveles. Por otra parte, el deflactor del PCE en EEUU (sobre precios del gasto en consumo personal), la medida de la inflación preferida por la Reserva Federal aumentó en enero al ritmo más rápido en casi un año.

EEUU elevó su deuda en la última semana en 100.000 millones de dólares. Actualmente, la deuda del país se sitúa en 34,5 billones de dólares, un aumento de 11,2 billones desde 2020. Así, es posible que el déficit en 2024 alcance 3 billones de dólares, frente a 1,6 que estimó el Congreso. Sin embargo, el S&P 500 terminó la semana en un nuevo máximo histórico de 5.137 puntos y ahora cotiza 1.000 puntos por encima del punto donde comenzó la última escalada, el 27 de octubre. Ha subido en 16 de las últimas 18 semanas, una racha que no lograba desde 1971.

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